Dos meses después del inicio de la actividad semanal impulsada por Cruz Roja en Mira, en colaboración con el Ayuntamiento y el Gobierno de Castilla-La Mancha, este taller se ha consolidado como una cita clave para las personas mayores del municipio. La participación prácticamente se ha duplicado: de 12 asistentes en la sesión inaugural del 23 de abril, se ha pasado a 21 en las últimas semanas.
Creado como respuesta para acompañar emocionalmente a las personas mayores tras la DANA del 29 de octubre de 2024, el taller ha evolucionado hasta convertirse en un espacio muy valorado, donde las risas, el encuentro y el bienestar emocional son protagonistas.
Uno de los casos más significativos es el de Amelia Moya Jiménez, vecina de 82 años cuya vivienda resultó gravemente afectada por las lluvias. Amelia encuentra en este taller un espacio de alivio emocional y compañía: “Ahora esperamos los miércoles con muchas ganas. No es solo un taller, es un momento de alegría, de vernos las caras y olvidarnos de otras preocupaciones”, comparte.
Marta del Pozo, coordinadora provincial de Cruz Roja en Cuenca, recuerda el acompañamiento que recibió Amelia en los días posteriores a la DANA: “Una técnica de la oficina de Cruz Roja en Mira estuvo con Amelia durante esos días, llevándole alimentos y agua a su domicilio. La situación era dura y desde el primer momento transmitía una gran ternura. La técnica la visitó varias veces y especialmente recordó cuando Amelia logró rescatar un par de platos del ajuar que le regaló su madre, y se ofreció a ayudarla a limpiarlos, brindándole así un momento de apoyo y cercanía.”
También destaca la participación de Manuel Naharro Pérez, de 84 años, actualmente el único hombre del grupo. Manuel ha pasado de ser un asistente reservado a involucrarse activamente en los juegos y dinámicas. Ha trabajado toda su vida en el campo y, aunque el deterioro cognitivo representa un reto, cada día mejora notablemente en los ejercicios de memoria. Además, en las sesiones de gimnasia demuestra una actitud ejemplar: “Es un crack porque siempre da el máximo”, comenta Marta del Pozo. Aunque su vivienda no se vio afectada por la DANA, Manuel se ha beneficiado enormemente del taller, que le ofrece un entorno seguro, estimulante y lleno de afecto, donde se siente acompañado y valorado.
La actividad se desarrolla todos los miércoles por la mañana en el Centro Social de Mira, un espacio cedido por el Ayuntamiento para la realización del taller. Sin embargo, debido a la creciente demanda y la petición unánime del grupo, Cruz Roja está valorando ampliar la frecuencia a dos días por semana.
El ambiente ha cambiado notablemente desde las primeras sesiones, cuando predominaba un ánimo más apagado. Actualmente, la energía positiva, la participación activa y el deseo de compartir hacen de este espacio un verdadero motor comunitario.
La coordinadora provincial subraya: “Estamos viendo cómo un pequeño encuentro semanal se ha convertido en una herramienta clave para la recuperación emocional. La respuesta ha sido muy significativa”.
La actividad está financiada con fondos recaudados tras la DANA, con el apoyo destacado de la Fundación Globalcaja.
La DANA del pasado 29 de octubre afectó gravemente a numerosas personas y hogares de la región, dejando no solo daños materiales, sino también un profundo impacto emocional. Esta situación ha sido especialmente dura para las personas mayores y dependientes, quienes enfrentan mayores dificultades para recuperarse. Tras la atención inmediata de la emergencia, Cruz Roja está centrada en la recuperación integral de las personas afectadas
