Los seteros recibieron el verano con una de las propuestas más seguidas y con más participación del año, como es la de la Noche de San Juan de Quer. En este año, el Ayuntamiento de Quer mantuvo el programa de actividades ampliado que lleva unos años proponiendo. A partir de las 19 horas, salía el pasacalles por la villa setera, con música de charanga, al que siguieron un centenar de niños y mayores en diferentes momentos. Además, las tres peñas de la localidad, dos de reciente creación este año, Los Chupitos y Las Amanitas, junto a la veterana Los Seteros, pasearon las figuras de cartón en las que habían trabajado y que luego iban a arder por la noche en la hoguera de San Juan.
A partir de las ocho de la tarde, hubo talleres y castillos de hinchables para los más pequeños, en la Plaza Mayor, y además, un concierto flamenco de Oscar Moral, Morenito, en el local social, igualmente de la Plaza. Voluntarios del pueblo encendieron la barbacoa para que los vecinos pudieran disfrutar de la tradicional sardinada. El que quiso comió pescado, aunque también se asó carne. Mientras tanto, la Asociación de Mujeres de Quer se encargaba de preparar el chocolate y los bollos, para el postre.
A partir de las 23 horas, todo un clásico, Juan Carlos Dagraca, se encargó de preparar la queimada. Pronunció el conjuro, que ahuyentará los malos espíritus de Quer y traerá buena suerte para los presentes, justo en la hora bruja, las doce de la noche. Después de pronunciarlo, precisamente en el día de su cumpleaños, por el que fue ampliamente felicitado por sus paisanos, lo dio a probar la queimada a todos los presentes.
A continuación, el alcalde de Quer, José Miguel Benítez, encendió la hoguera. Después los peñistas echaron al fuego sus creaciones de cartón, buscando el fuego purificador. También fueron muchos los que tenían escritos sus deseos en papel, y que allí mismo, en presencia de sus paisanos, los arrojaron al fuego, igualmente buscando su cumplimiento en el futuro.
Por último, cuando las llamas de la hoguera bajaron lo suficiente, y empezando por los más valientes, los seteros comenzaron a saltarla. La fiesta terminó a la una de la madrugada. Los voluntarios de Protección Civil estuvieron presentes, tanto controlando el flujo de vehículos y su desvío a las zonas de aparcamiento como pendientes de la hoguera, para minimizar el riesgo de incendio y para apargarla al final de la actividad.