El ejemplar de oso pardo cantábrico Tola ha fallecido este jueves en el cercado asturiano de Santo Adriano en el que vivía en cautividad junto a su hermana Paca, según han confirmado fuentes de la instalación.
Ambos ejemplares, tal y como informa El Mundo, se convirtieron en un icono de la recuperación del oso pardo cantábrico, en peligro de extinción. De hecho, el cercado se inauguró en el año 1996, ante la necesidad de buscar un lugar para albergar a Paca y a Tola.
Fueron rescatadas en 1989 de los cazadores furtivos que habían matado a su madre y era imposible reintroducirlas en el medio natural, ya que estaban habituadas a la presencia humana.
Una vez rescatadas, fueron entregadas con cinco meses de vida al Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas). A partir de entonces, vivieron primero en distintas instalaciones en Cataluña y El Hosquillo (Cuenca), hasta que en 1996 fue habilitado en Santo Adriano el cercado que era su hábitat actual, donde vivían en régimen de semilibertad al constatarse la imposibilidad de reintroducirlas en el medio natural, ya que estaban habituadas a la presencia humana.
Entre 2008 y 2010 se mantuvieron intentos fallidos de cruzar a Tola y Paca con Furaco, un ejemplar de oso pardo que fue seleccionado y desplazado desde Cantabria hasta Asturias para lograr la reproducción de las osas. El proyecto fue abandonado en 2011 por considerar los técnicos que la reproducción era improbable.
Las causas de la muerte del ejemplar serán determinadas con exactitud por una necropsia que se llevará a cabo en los próximos días. No obstante, desde la Fundación Oso de Asturias han explicado que el animal tenía dificultades motrices desde hacía varios años y que había estado sujeta a cuidados especiales por ese motivo.
En un principio, los responsables del cercado donde vivía achacan el progresivo deterioro que sufrió, acentuado en las últimas semanas, a la edad. La osa fallecida contaba ya 29 años, una edad muy avanzada para este tipo de osos.