Pienso que más pronto que tarde el tiempo atmosférico terminará por suavizar su aspecto y permitir a las gentes de tierra adentro el lujo de tirarse al campo -echarse a la carretera quiero decir; poner en funcionamiento el vehículo familiar y disfrutar no solo de la Naturaleza, que ya valdría a la pena, sino de tanto como el medio natural contiene no lejos de nosotros. Digo esto porque hace no mucho pasé por la Casa de Piedra de Alcolea del Pinar, en la Nacional II, tramo final de la provincia de Guadalajara, en los rayanos con la provincia de Soria camino de Zaragoza. Un alto en carretera con establecimientos de restauración donde poderse reponer. En este interesante pueblo existe algo muy importante, único en reconocer como algo realmente novedoso que he considerado, sin miedo a equivocarme, como una de las “Siete maravillas de Guadalajara”.
Se trata de un curioso ejemplar de vivienda horadada dentro de una voluminosa peña de arenisca, cuyo interior no es sino el hogar donde en otro tiempo habitó una familia numerosa, la de Lino Bueno, un buen hombre cargado de hijos que, con la valiosa ayuda de su mujer, dedicó veintiún años de su vida (de 1907 a 1928) a ahuecar una enorme peña a base de pico y pala, en interminables noches de vela, hasta convertirla en un habitáculo donde poderse instalar con todos los suyos.
La vivienda tiene en su interior un amplio portal de entrada, comedor, cocina, pequeña cuadra donde poder albergar a la caballería que la familia solía tener como animal de ayuda, además de una media docena de gallinas, y escalera interior de ascenso al cumplido dormitorio del piso de arriba.
Se trata de una de las rarezas con más valor y mayor mérito que existen en la provincia de Guadalajara. La Casa de Piedra ha recibido en distintos momentos de su ya casi centenaria historia, la visita de dos reyes de España con sus respectivas esposas: Alfonso XIII en 1928 y Juan Carlos I en 1978. En la actualidad, cuando todavía viven algunos miembros de la familia de su hacedor, se emplea únicamente como objeto de muestra al público y motivo de admiración para los turistas y personal de paso, que al verla en sus diferentes departamentos, no son capaces de salir de su asombro.