Villar de Cañas reivindica su papel clave en el futuro energético de España.
La localidad conquense ha sido el escenario de unas jornadas técnicas sobre energía y medio ambiente en las que expertos de diferentes disciplinas defendieron la viabilidad del Almacén Temporal Centralizado (ATC) como infraestructura estratégica para la gestión de residuos nucleares y la seguridad energética nacional.
Durante la jornada, celebrada en Villar de Cañas, destacados expertos en energía nuclear, economía y medio ambiente coincidieron en la necesidad de prolongar la vida útil de las centrales nucleares en España. Afirmaron que esta prolongación es viable desde el punto de vista técnico y, además, imprescindible para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico en un contexto de creciente demanda y transición energética. Todo el entorno mundial lo hace menos España, recordaron.
Uno de los ejes centrales del debate fue el papel del ATC de Villar de Cañas. Los ponentes subrayaron que esta infraestructura es esencial para poder alargar la vida de las nucleares, al ser la mejor solución técnica disponible para el almacenamiento de residuos. Se destacó que el emplazamiento cuenta desde 2015 con un informe favorable del emplazamiento por parte del Consejo de Seguridad Nuclear que avala los terrenos elegidos como idóneos, y que prescindir del proyecto sin argumentos técnicos ha supuesto desechar más de un millón de horas de trabajo especializado acumuladas durante años.
La profesora Natividad Carpintero Santamaría, de la Universidad Politécnica de Madrid, insistió en que la gestión de los residuos nucleares debe desvincularse de las consignas políticas y partidistas. En esta misma línea, el profesor Javier Díes, catedrático de Ingeniería Nuclear y consejero del Consejo de Seguridad Nuclear, afirmó: “El ATC es bueno para Villar de Cañas, bueno para Castilla-La Mancha y bueno para España”.
Además, se planteó una visión de futuro en la que el ATC no solo serviría como almacén de residuos, sino como auténtico banco de energía, especialmente si se aprovecha el potencial de los reactores de tercera generación. Esta visión estaría justificada por el Centro Tecnológico Asociado y el vivero de empresas asociados al proyecto, con capacidad para dinamizar la economía local y regional.
Desde el ámbito económico, Javier Morillas, consejero del Tribunal de Cuentas, y Salvador Marín, director del Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas, apostaron por un mix energético equilibrado. Destacaron que las nucleares aportan estabilidad y son un pilar indispensable para evitar apagones, especialmente en un entorno de alta volatilidad energética.
Las ponencias fueron introducidas por figuras del periodismo y la administración como Carmen Lucas-Torres, periodista del diario ABC; Rafael Ortega, exdirector de emisoras de RTVE; y Javier Rodríguez Luengo, presidente del Tribunal Económico-Administrativo Municipal de Alcobendas.
El Alcalde de Villar de Cañas, Alejandro Pernías, defendió la vocación del municipio como foro abierto al debate técnico y al respeto entre opiniones. En su intervención, denunció la utilización partidista del proyecto del ATC por parte de algunos políticos: “En nuestro pueblo escuchamos a todos, porque somos un lugar abierto, integrador y respetuoso. Nosotros huimos de discusiones políticas estériles y rechazamos el insulto como forma de contestar a los argumentos técnicos; algo que la semana pasada escuchamos con más frecuencia de la habitual”.
Asimismo, recordó que el ATC “no está muerto; puede que esté en la UCI, pero está a la espera de la Sentencia del Tribunal Supremo, que determinará si el rechazo del Gobierno fue arbitrario. Si es así, como creemos, el ATC volverá a Villar de Cañas”. Contaba y cuenta, recuerda el Alcalde, con el respaldo social y el consenso científico.
Por su parte, el también ponente Benjamín Prieto defendió la necesidad de seguir debatiendo sobre el ATC desde el rigor científico y técnico: “La ciencia y los datos objetivos no son de derechas ni de izquierdas. Se puede debatir sobre ellos, pero no modificarlos con mentiras”.
Las jornadas concluyeron con un mensaje unánime: dejar de lado el proyecto del ATC sin argumentos sólidos no solo supone un retroceso en materia energética, sino una grave pérdida del conocimiento técnico acumulado, la desactivación de una infraestructura estratégica y una oportunidad desperdiciada para el desarrollo local, regional y nacional.