He de reconocer que no he visto nunca una serie tan buena como La Teoría del Big Bang.
Aún sabiendo que desde hace tiempo, los capítulos se repiten y repiten, no me canso de volverlos a ver. Todos sus componentes – gente y objetos – me fascinan; no sabría decir quién me gusta más.
¡Totalmente en serio!

Hubo una época en la que ser nerd significaba estar condenado a la invisibilidad social. Gafas gruesas, habilidades nulas para el deporte y conversaciones incomprensibles sobre física cuántica no eran precisamente un imán para la popularidad.
Pero entonces llegó The Big Bang Theory y, de repente, al ser un genio socialmente disfuncional, se volvió… ¿Sexy? Bueno, al menos divertido.
La serie, que se emitió de 2007 a 2019, nos presentó a un grupo de científicos brillantes, pero torpemente adorables que vivían en su propio ecosistema de cómics, videojuegos y referencias a Star Wars. Y claro, como toda buena sitcom estadounidense, no podía faltar la vecina atractiva que no entendía ni una palabra de lo que decían, pero que sirvió de catalizador para la mayoría de las tramas.
Sheldon Cooper: ¿Genio o castigo divino?
Si hay un personaje que definió The Big Bang Theory, ese fue Sheldon Cooper, interpretado por Jim Parsons. Un físico teórico con un coeficiente intelectual fuera de la escala y una incapacidad total para las interacciones humanas, Sheldon era la pesadilla de cualquier reunión social. Su desprecio por el contacto físico, sus contratos de convivencia absurdos y su obsesión con el asiento del sofá lo convirtieron en un personaje inolvidable. Hasta la medicina actual se pelea en discernir cual es su verdadero síindrome.
Pero aquí viene la ironía: mientras en la vida real alguien como Sheldon sería el motivo de varias renuncias en su departamento de física, en la serie se convirtió en un ícono cultural. Incluso logró lo impensado: que millones de personas usaran la palabra «Bazinga» como si fuera una broma revolucionaria en lugar de un simple sinónimo de “te engañé “
Leonard y Penny: La improbable historia de amor
Leonard Hofstadter, interpretado por Johnny Galecki, es el compañero de piso de Sheldon y el protagonista «normal» en comparación con sus amigos.
Aunque es un físico experimental brillante, su mayor logro científico fue lo que nadie creyó posible: conquistar a Penny (Kaley Cuoco), la vecina rubia que al inicio de la serie apenas sabía la diferencia entre un protón y un croutón.
O sea, igual que su seguro servidor que está escribiendo.
La relación de Leonard y Penny fue el corazón de la serie, con todos los clichés de «los opuestos se atraen».
Lo más desconcertante no es que Penny, una aspirante a actriz con trabajos precarios, se enamorara de un nerd amante de los cómics, sino que lograra soportar años de comentarios condescendientes de Sheldon sin cometer un crimen, aunque este fuere imperfecto.
Raj y Howard: La amistad más caótica de la ciencia
Mientras Sheldon y Leonard llevaban el peso de la trama principal, Rajesh Koothrappali y Howard Wolowitz eran los encargados de las situaciones más ridículas.
Raj (Kunal Nayyar), un astrofísico incapaz de hablar con mujeres sin alcohol en su sistema, y Howard (Simon Helberg), un ingeniero aeroespacial con un complejo de James Bond y una fijación con su madre, formaban un dúo cómico que elevaba el nivel de incomodidad de la serie a niveles estratosféricos.
Howard, con su vestuario que parecía sacado de una tienda de segunda mano de los años 70, pero hortera hasta la saciedad, logró lo que parecía inverosímil: casarse con Bernadette, una mujer que, además de ser una microbióloga brillante, tenía la voz de un personaje de dibujos animados y la paciencia de un santo.
Raj, por otro lado, mantuvo su estatus de soltero perpetuo (porque siempre propone matrimonio e hijos en la primera cita), demostrando que ni siquiera el universo de la comedia está libre de la amarga realidad de las aplicaciones de citas.
La ciencia nunca fue tan rentable
Uno de los mayores aciertos de The Big Bang Theory fue hacer que la ciencia pareciera divertida sin necesidad de entenderla. La serie está llena de referencias a la física, la química y la ingeniería, pero la verdadera magia es cómo lograba que incluso los que confundían un átomo con una marca de automóviles pudieran reírse.
Las apariciones estelares de figuras como Stephen Hawking, Elon Musk (haciendo de ‘buen samaritano’ repartiendo comida a los pobres) y Bill Gates ayudaron a darle credibilidad al show. Sin embargo, lo más irónico de todo es que, mientras los personajes de la serie vivían en la eterna miseria de los nerds socialmente inadaptados, los actores se convirtieron en multimillonarios gracias a ello.
El legado de los científicos más torpes de la televisión
Cuando The Big Bang Theory llegó a su fin en 2019, dejó tras de sí un impacto innegable en la cultura pop. Transformó las camisetas de Flash y Green Lantern en moda, hizo que el ajedrez tridimensional pareciera una actividad emocionante y demostró que un grupo de adultos discutiendo sobre Star Trek podía generar audiencias millonarias.
Eso sí, al final la serie también nos dejó una gran lección: por mucho que te esfuerces en la vida, siempre habrá un Sheldon en tu camino dispuesto a corregirte con una mirada de superioridad y decirte, con una sonrisita burlona… «Bazinga».
Firma invitada: Francisco R. Breijo-Márquez. Doctor en Medicina.
En España, «Bazinga» se viene a traducir com «Zas, en toda la boca».