En la presentación de esta Diacomía 232, brilla por sí mismo este slogan: “somos lo que damos, somos amor. Día a día nos encontramos con la maravillosa oportunidad de dar lo mejor de nosotros mismos
para ayudar a las personas que más lo necesitan. Celebramos que la confederación lleva 75 años trabajando desde el amor por los demás y en Cuenca, celebramos 60 años de ese trabajo.En estas páginas, podremos analizar ese amor que damos, ese amor que somos. Damos lo mejor de nosotros mismos y caminamos en la solidaridad y en la justicia a través del servicio. Es un camino de amor que Dios siempre lo hace posible”.
En su interior, en las primeras páginas de las 28 que lo componen, encontramos estas notas biográficas de las personas que aparecen en la imagen recibiendo el agradecimiento de Cáritas por sus aportaciones:
“Buenos días a todos y a todas, para los que no me conocen soy Fatima Sedjerari, agente de limpieza. Hoy estamos aquí para celebrar el 60º aniversario de Caritas Diosana y yo junto a otros compañeros vamos a contaros nuestro recorrido por Caritas.
Anteriormente mi experiencia con Caritas ya había sido establecida, ha sido como una parte importante de mi vida, siendo además una inmigrante y una mujer luchadora. Que me apoyaron a mí y a mi familia cuando más necesité ayuda, tanto económicamente, sentimentalmente y educacionalmente. Gracias a la gran variedad de cursos, talleres y ofertas de trabajo que proporciona la organización, para todo tipo de personas y edades. Y finalmente, quiero darle las gracias a todos los profesionales, voluntarios y agentes parroquiales que trabajan en Caritas día a día y que nos ayudan a salir adelante y a mis compañeros de trabajo con los que convivo diariamente”.
“Soy Pedro Jiménez, tengo 54 años y nací en Cantabria. Tengo 2 hijos y 3 nietos, mi pareja falleció en 2019 a consecuencia de una larga enfermedad. Por desgracia, he estado 8 años viviendo en la calle. Recorriendo albergue tras albergue y haciendo paradas para trabajar de temporero. En el año 2021, llegué a Cuenca y quise y tuve la oportunidad de poder parar y dejar esta vida tan dura que es la calle. Gracias a Cáritas que me ha dado esta oportunidad y que, gracias a sus profesionales y a su voluntad, he sabido aprovecharla y ahora estoy en un buen momento, inimaginable para mí hace unos años. En Cáritas me estoy formando, me están ayudando a encontrar un trabajo y, también, estoy ordenando mis papeles, tanto médicos como administrativos. Gracias Cáritas por abrir las puertas de vuestra casa, de vuestro corazón para que pueda realizarme como persona”.
“Joaquín Cuando pensamos en instituciones como nuestra Cáritas, nos vienen a la cabeza ciertas imágenes: la Iglesia, los voluntarios, los trabajadores, nuestra labor social… Y cuando pensamos en la financiación de la entidad quizás dudamos un poco más: subvenciones, colaboraciones… ¡ah, y DONANTES! La figura del donante aparece de fondo en nuestro pensamiento, sin tener claro si realmente el donante colabora o hace algo útil por las personas que más lo necesitan. Nos surgen preguntas: “¿no será mejor dar ropa o alimentos directamente?”, “No puedo donar una gran cantidad, así que mi donativo sería inútil”, “Es mejor dar a las personas que a una entidad”… Sin embargo, el donante es un pilar”