Son profesionales especializados en una rama del derecho concreta que, en general, se contratan para que asesoren, guíen o lleven casos o situaciones en las empresas, sabiendo que son expertos en la materia y que su principal objetivo es ofrecer los mejores servicios a sus clientes, velando siempre por sus derechos.
Cuando se habla de derecho mercantil, se está haciendo referencia a una rama del derecho que está centrada en todo lo que tiene que ver con las relaciones entre las empresas y el tráfico jurídico de dichas entidades. Aunque es una rama propia, hay que decir que, generalmente, cuando se lleva a cabo alguna actuación en el derecho mercantil, suele venir acompañada de otras especialidades tales como derecho laboral o penal.
Sin duda alguna, se trata de una materia que requiere de una gran especialización y por este motivo, en el caso de necesitar ayuda, nada como contratar abogados mercantiles expertos para que ayuden en todo lo que se necesite en cada momento como, por ejemplo, LABE Abogados, un bufete especializado en esta rama con muchos años de experiencia en el sector que cuenta con un gran equipo de profesionales.
¿Qué es un abogado mercantilista?
Tal y como su nombre indica, un abogado mercantilista es un letrado especialista en derecho mercantil. En este caso, hay que decir que es experto en todo lo que tiene que ver con las actividades de tipo comercial y jurídicas, además de ofrecer asesoramiento legal.
Se trata de un abogado cuyo principal objetivo es velar por el cumplimiento de las leyes de comercio en España. Al igual que otros abogados, los mercantiles pueden especializarse en diferentes campos, tales como el derecho profesional, individualista, progresivo, global o consuetudinario.
Principales funciones de un abogado mercantil
Al poder tener diferentes especializaciones, los abogados mercantiles pueden llevar a cabo diversas labores, siendo sus principales funciones las que se detallan a continuación.
Constitución de sociedades
Este tipo de letrados son también abogados para constitución de sociedades, teniendo en cuenta que deben manejar perfectamente este tipo de procesos, sabiendo que las sociedades se constituyen como personas jurídicas y, por tanto, se asignan tanto derechos como deberes, entre otras cosas.
Modificaciones societarias
Otra de las funciones más habituales de estos abogados es la de cambiar la disposición que tiene una sociedad, así como sus características y ordenamiento. En este caso, el abogado debe hacerse cargo de acciones como si necesita ampliación de capital, cambio de objeto social o traslados de domicilio, entre otras muchas más cosas.
Responsabilidad
También es de competencia de estos abogados controlar la naturaleza y el funcionamiento de los administradores y consejeros de las empresas, sabiendo que son figuras que cuentan con una gran responsabilidad dentro de las mismas. Aquí el servicio de asesoramiento es esencial, con el objetivo de que lleven a cabo todos los procesos que les compete de la mejor forma posible.
Conflictos
Puede ocurrir en una empresa que se den situaciones de conflictos entre socios, generalmente, por no llegar a acuerdos en la toma de decisiones. Para evitar estas situaciones de falta de entendimiento, la figura del abogado mercantil es fundamental.
Contratos
Otra de las funciones que tienen estos abogados es la de elaborar contratos o incluso negociar sobre ellos. Contar con un especialista en esta materia se traduce en evitar conflictos a posteriori.
Impagos
De igual modo, los abogados mercantiles se encargan de llevar a cabo todas las acciones legales que haya que poner en marcha en el caso de que se den situaciones de impagos en la empresa.
Acuerdos
Al igual que se encargan de mediar en los conflictos entre socios, también pueden hacer lo propio cuando hay acuerdos. Es habitual que, cuando hay varios socios, se establezcan unas normas dentro de la empresa y es aquí donde el abogado suele elaborar el modelo de pacto que finalmente se va a adoptar.
Venta
Finalmente, otra función importante de estos abogados es la de encargarse del proceso de venta de la empresa en el caso de que todas las partes estén de acuerdo o bien, se tenga que hacer por razones de necesidad.