Dos meses y medio lleva instalada en una de las salas temporales de la Fundación Antonio Pérez (FAP) de la capital la exposición de Antonio Alcaraz titulada ‘Memoria abierta: arqueología industrial’, cosechando en este tiempo un notable éxito de público que no ha dudado en acercarse a disfrutar con la obra de este artista alicantino. Transcurrido este tiempo, este viernes llegaba el momento de presentar el catálogo de esta exposición, que, por cierto, aún hay tiempo de verla en el Centro de Arte Contemporáneo de la capital hasta el 1 de octubre. Acto en el que, además del propio autor, se han dado cita el diputado de Cultura, Francisco Javier Doménech, y la comisaria de la exposición Felisa Martínez.
Un catálogo editado por el Servicio de Publicaciones de la Diputación, que cuenta con fotografías de Mateo Gamón (pinturas), Juan García Rosell (dibujos), Enrique Fort (Libro Rio Tinto), Tofiño (Puente de San Pablo, Cuenca), Sara Alcaraz (fotos personales y Antonio Alcaraz (documentación textos y exposición) y textos de Felisa Martínez Andrés, Rafael Menezo y el propio Antonio Alcaraz.
Doménech ha felicitado al artista levantino por su excepcional trabajo recogido en esta exposición, que, según ha remarcado, queda inmortalizado en este catálogo permitiendo a aquellas personas que no han tenido la oportunidad de disfrutarla en vivo hacerlo a través de sus páginas. Un trabajo en el que el patrimonio y su preservación ocupan un lugar privilegiado, en este caso del industrial, lo que, a su juicio, viene a coincidir con la especial sensibilidad y preocupación de esta Diputación con el patrimonio, ya sea histórico, cultural, natural o industrial.
Del artista Antonio Alcaraz, la comisaria de la exposición, por su parte, ha dicho que “desde hace casi treinta años su aguda mirada nos invita a valorar el enorme potencial de unos conjuntos y espacios arquitectónicos que, llenos de referencias simbólicas e identitarias al pasado fabril donde se encuentran, apuntan de manera decidida hacia un esperanzado futuro”. Y es que el artista plástico alicantino aprovecha la riqueza formal y expresiva de la fotografía como recurso principal de esa pintura pretendiendo transmitir un mensaje de reivindicación de un patrimonio arquitectónico abandonado.
Precisamente, en esta exposición, que se encuentra instalada en la FAP desde el pasado 7 de julio, el visitante se encuentra tres bloques claramente diferenciados: el primero las infraestructuras viarias y ferroviarias; el segundo, como no podía ser de otro modo para un pintor alicantino, las infraestructuras portuarias y termina con las naves industriales. Una muestra compuesta por obras de gran formato procedentes en parte de la exposición celebrada en el Centro del Carmen de Valencia (finales de 2013, mediados de 2014) titulada “Espacio industriales. Patrimonio de Futuro. Antonio Alcaraz” y producida por la Consellería de Cultura de la Generaltiat Valenciana.
En sus obras, la fotografía ocupa un lugar destacado. No en vano, Alcaraz forma parte de una generación de artistas que pretendía transmitir un nuevo mensaje con la fotografía como leitmotiv.
Las posibilidades de fidelidad al objeto que ofrecía la cámara fotográfica son inigualable y la conexión de la imagen con el nuevo mensaje creativo infinito. Por eso, la cámara se transformó no sólo para Alcaraz en una especie de “milagro” para arquitectos y artistas realistas, puesto que permitía captar paisajes, recuperar arquitecturas, instantáneas y vivencias cuyos ojos puede ser que no volvieran a ver. Denunciar y elogiar aquello que el hombre ha olvidado: las catedrales de nuestro tiempo. Pero fundamentalmente, la imagen incorporaba al realismo una renovación cargada de modernidad y de posibilidades comunicativas. Así, la imagen se convirtió en fundamento técnico de sus obras pictóricas y también en base teórica de su trabajo.