En primer lugar dar las gracias al Liberal de Castilla por darme la oportunidad de publicar, en esta ventana, unas líneas durante los próximos 17 días, que no pretenden más que, desde un punto de vista personal, contar no solo simplemente aquello que sea lo más destacado de cada una de las jornadas olímpicas, sino también aquellas historias de esfuerzo, de sueños que se cumplen (o que no se cumplen) y que en su mayoría, salvo excepciones, están relacionadas con deportistas que durante cuatro años viven en el anonimato y que de repente se sitúan bajo el foco de todo un país, incluso del planeta.
Hoy se inauguran los Juegos de Paris 2024. Desde mi punto de vista son los Juegos de la vuelta a la plena normalidad. Todos recordamos los Juegos de Tokio 2020 (celebrados en el 2021) con un aire melancólico por la coyuntura pandémica que estábamos viviendo. Fueron unos Juegos con las gradas vacías, unos Juegos, dicho por los deportistas, sin la atmósfera que genera la presencia de aficionados llegados de todas las partes del mundo. El deporte, a estos niveles, está concebido como un espectáculo de masas, y sin público pierde parte de su esencia. Por fortuna, la situación hoy es otra, y se prevé, por ejemplo, que París 2024 sean los Juegos con más entradas vendidas de la historia y con más visitantes, por lo que, solo queda empezar a disfrutar de 17 días, que los amantes del deporte esperamos con ilusión cada cuatro años (en este caso han sido solo tres años de espera, Tokio 2020 se celebró en el año 2021).
17 días en que deportistas de todos los rincones del mundo lucharán por la gloria, que no necesariamente está en la victoria, para muchos de ellos haber llegado a los Juegos y darlo todo será su gloria.
17 días donde deportistas anónimos, para el público en general, coparán portadas de los medios de comunicación de todo el planeta con sus logros e historias de superación.
17 días donde deportistas no tan anónimos, mega estrellas del deporte, competirán exclusivamente por el orgullo de representar a su país, por lograr la gloria olímpica, porque los Djokovic, Rahm, Alcaraz, Lebron James, y otros tantos archiconocidos atletas no compiten en los Juegos por dinero, lo hacen porque los Juegos son otra cosa, son la esencia del deporte, la única competición donde la victoria no lleva aparejada un premio económico de manera directa. Compiten porque, como ellos mismos dicen, no hay nada más especial que representar a tu país y convivir 17 días con deportistas de todo el mundo en esa Torre de Babel que es la Villa Olímpica.
17 días donde nos pondremos delante de la tele con emoción y pasión a ver una final de Judo o una final de tiro con arco.
17 días para saber quiénes son los emperadores del deporte mundial. En Atletismo ¿Mondo Duplantis? ¿Jakob Ingebrigtsen? ¿Sifan Hassan?; en natación ¿Katie Ledecky?, ¿Caeleb Dressel?, ¿Summer Mcintosh?; en gimnasia deportiva ¿volverá a reinar Simone Biles?
En definitiva 17 días para pasarlo en grande.
Por Cesar Cerrillo Martinez