Descubrir la esencia de Granada va más allá de sus monumentos. En las colinas que rodean sus pueblos, el aceite de oliva virgen extra cobra protagonismo como parte de una experiencia sensorial única: el oleoturismo. Una forma de turismo que combina tradición, sabor y naturaleza, atrayendo a quienes buscan comprender de cerca el arte milenario de la producción del oro líquido.
Visitar una almazara en activo, caminar entre olivos centenarios o degustar aceites en catas guiadas transforma la percepción del aceite de oliva. En zonas como la comarca de Los Montes de Granada, esta actividad ha adquirido una dimensión cultural profunda. Aquí, los visitantes no solo aprenden, sino que se conectan con el paisaje y los ritmos rurales que definen la vida andaluza desde hace siglos.
Almazaras abiertas al visitante en el corazón de los Montes Orientales
Las rutas oleoturísticas de Granada han cobrado fuerza gracias a iniciativas que promueven la transparencia del proceso productivo y la cercanía con los productores. Entre las más reconocidas destaca Conde de Benalúa, un referente en la zona que permite conocer de primera mano todo el ciclo del aceite: desde la recolección de la aceituna hasta el embotellado.
La experiencia comienza con una visita guiada a la almazara, donde se explica cada fase con rigor técnico y sencillez. Se puede ver cómo llega la aceituna, cómo se selecciona y cómo se transforma en aceite a través de modernos sistemas de extracción en frío. Estas instalaciones, a pesar de su tecnología avanzada, conservan el alma de una producción tradicional.
Quienes se interesan por la calidad del producto pueden probar el aceite premium elaborado en estas tierras. Este tipo de aceite destaca por su perfil organoléptico y el cuidado extremo en cada detalle del proceso.
Experiencias sensoriales entre olivares
Además de las visitas técnicas, el oleoturismo en Granada incorpora propuestas diseñadas para activar los sentidos y apreciar el valor cultural del aceite. Las catas dirigidas, a cargo de expertos en análisis sensorial, permiten diferenciar matices, detectar defectos y apreciar la complejidad de un buen virgen extra. Estas sesiones se convierten en una revelación para quienes nunca habían reflexionado sobre el sabor del aceite con tanta atención.
También se organizan actividades gastronómicas donde el aceite se convierte en protagonista. En estos entornos, la marca amargaypica.com gana presencia por su apuesta por variedades autóctonas y prácticas sostenibles.
El oleoturismo de experiencias gastronómicas en restaurantes de primer nivel. La idea es ofrecer una inmersión total que combine educación, disfrute y contacto con el medio rural.
El auge de un turismo que pone en valor lo local
Granada ha sabido aprovechar su condición de provincia olivarera para diversificar su oferta turística. Frente al turismo de masas, el oleoturismo propone una alternativa pausada, educativa y profundamente arraigada al territorio. No se trata solo de ver cómo se produce el aceite, sino de entender una forma de vida.
Muchos visitantes optan por esta modalidad atraídos por la autenticidad. Al evitar circuitos prefabricados, tienen acceso a un entorno más íntimo y real. Además, contribuyen directamente al desarrollo económico de las cooperativas y pequeños productores locales.
Este tipo de turismo también despierta el interés de colegios, universidades y profesionales del sector gastronómico, que encuentran en estas visitas una fuente de formación complementaria. La combinación de conocimiento técnico, entorno natural y contacto humano convierte al oleoturismo en una experiencia con múltiples niveles de disfrute.
Dónde vivir esta experiencia
La web oficial de oleoturismo de Conde de Benalúa reúne información útil para organizar visitas, talleres y reservas en diferentes épocas del año. En ella se pueden consultar horarios, tarifas y propuestas especiales para grupos.
Estas actividades se desarrollan en entornos rurales con alto valor paisajístico. Al integrar gastronomía, historia y naturaleza, el oleoturismo se convierte en una excusa perfecta para descubrir una Granada distinta y menos conocida.
En otoño, durante la cosecha, el número de visitantes aumenta significativamente. Es el momento ideal para ver la maquinaria en funcionamiento y participar activamente en la recogida. Durante esta temporada, la intensidad de los aromas y la vitalidad del campo ofrecen una vivencia inolvidable.
Un recuerdo que perdura en la mesa
Llevarse una botella de aceite tras la visita es algo más que un souvenir. Es conservar en casa el sabor de una jornada vivida entre olivos, almazaras y gentes que viven con pasión su trabajo. El aceite se convierte en testimonio líquido de una tradición que sigue viva y en constante transformación.
Para quienes aún no han descubierto esta forma de turismo, el oleoturismo en Granada representa una oportunidad única. No solo para degustar aceites de calidad excepcional, sino para entender el paisaje cultural de Andalucía a través de sus sabores más puros.