En el año 1966, con motivo del VI Congreso Forestal Mundial, recordemos que la masa forestal de la provincia de Cuenca es la segunda mayor de Europa, se inauguraba el Monumento a la Madera, obra de Gustavo Torner, en un lugar emblemático por tratarse de un cruce de caminos, en el corazón de lo que hoy es el Parque Natural, que lo mismo te lleva a Vega del Codorno que a Cañamares partiendo, por ejemplo, desde Las Majadas.
Se trata de un cubo de doce aristas en el que, inscrito, encontramos otro de metal en cuyo interior se puso tierra de los países que participaron en aquél Congreso. Tierra que desapareció porque, como se quejaba el propio Torner, ese cubo, había sido utilizado como blanco por cazadores o vete a saber.
El lugar elegido le gustaba a Torner. Me lo dieron hecho. Me lo dio hecho don Fernando Nicolás Isasa y, en la escultura, está todo. Está el monte de donde nace todo, la ingeniería, la madera y la tecnología.
Recordemos que el primitivo proyecto del Monumento, era a base de vigas cuadradas trabajadas con hacha de textura maravillosa, decía Torner.