
El vicepresidente del Gobierno Regional, José Luis Martínez Guijarro, participó en las fiestas de Navalón, en la provincia de Cuenca, en honor del Cristo de la Fe en compañía del alcalde de Fuentenava de Jábaga, José Luis Chamón Mota y del pedáneo, Abel Zarzuela, haciendo un recorrido por sus calles tras una carroza tirada por un tractor desde la que, reina y damas infantiles, tiraban caramelos.
Luego, en el salón de actos en donde tuvo lugar el pregón a cargo de María José Torrecilla, deseó a todos «felices fiestas en la medida que ello sea posible. Que dejéis fuera las preocupaciones celebrándolas con hermandad. Sois muchos los que en estas fechas regresáis a vuestros pueblos, fiestas de reencuentros. Disfrutadlas y sed acogedores» dijo Martínez Guijarro.

José Luis Chamón, el alcalde, tuvo palabras para todos. Para la pregonera «por su pregón bien trabajado y mejor escrito», y para los vecinos y personas vinculadas con Navalón que se han distinguido por su colaboración con el municipio y con el pueblo. Un momento en el que, el alcalde dejaba un silencio de los que pesan cuando en el turno de distinciones, esta vez a título póstumo, se refirió a una mujer, Milagros Sáiz, la última presidenta de la Asociación Cultural la Muela que tenía que haberla recibido el pasado año pero no pudo ser porque, Fuentenava de Jábaga,estaba de luto por los asesinatos de Laura y Marina del que se cumple el triste aniversario.
Chamón repasó el programa de fiestas y aprovechó para recordar lo realizado en este último año: la mejora del camino rural del Molinillo, las fachadas de la iglesia, el asfaltado de varias calles, la plaza, la rehabilitación de la fuente etc. Obras que son amores y «que sirven para ensalzar, en esta ocasión, a Navalón con un único hilo conductor: la convivencia desde el respeto», dijo.
Navalón
Navalón, a 17 kilómetros de la capital, es una pedanía de Fuentenava de Jábaga en la provincia de Cuenca, enclavada en la Serranía Media y situada en la falda de una colina, una especie de mesa a la que se llega tras coronar una cuesta de aúpa que atrae a ciclistas para medirse con la última rampa. Se trata de un pueblo eminentemente agrícola dedicado a la siembra de trigo, cebada y girasol aunque también tiene olivos y viñas de las que se elabora un vino suave para el consumo familiar.En el año 1.972, el Ayuntamiento se unió con los de Jábaga y Fuentesclaras, a los que posteriormente se fusionó el de Villar del Saz y Sotoca para formar el Ayuntamiento de Fuentenava de Jábaga.