El pasado fin de semana me acerqué a conocer a la Patrona de la Alberca de Záncara, el municipio de Cuenca que es cuna de Peregrinaciones Internacionales a Roma y Jerusalén y también a Santiago de Compostela. Normalmente las patronas son Santas o Vírgenes y en este pueblo es la Santa Cruz, símbolo del cristianismo y también de la Tradición y el Patrimonio Vivo de La Alberca, desde que, en el siglo XVII, Fray Francisco diera sus primeros pasos de un itinerario de peregrinación que se conecta en lo más cercano con San Clemente, Belmonte, Monreal del Llano y Los Hinojosos, en la provincia de Cuenca. La Cruz en La Alberca es objeto de profunda devoción y también de exaltación del folclore popular: jóvenes mujeres reinan en la fiesta luciendo la mantilla blanca de una pureza y tradición de artesanía impecables como el relevo generacional efectivo en la Tradición y la Cultura latentes en el municipio. El Patrimonio Religioso junto a la representación teatral en verso de una batalla dialéctica entre moros y cristianos a través de los tradicionales dichos acompañados de tambor, dulzaina y danzas de paloteo son observadas por el diablo que también se une a esta Fiesta.
El coro con gran participación de personas mayores nos deleitó en la celebración Solemne de la Misa oficiada por D. Emilio de la Fuente. El momento de la Paz reinó en los gestos de acercamiento, la mirada fija en la Cruz para descansar los pesares de nuestras mochilas en el caminar del día a día, las lágrimas de Esperanza que emanan de lo más profundo de quien vive este momento y la más tierna infancia representada en un bebé de 15 meses que estuvo gateando de forma muy hábil por la Iglesia como Símbolo de Vida que renace cada día en los municipios de este Camino. Tuve la fortuna de situarme entre mujeres al lado de la Patrona y disfrutar de la visión frente a mí del lugar donde el Santo Madero se encuentra todo el año, en un hermoso retablo barroco del siglo XVII coronado por Fray Francisco de la Cruz y donde permanecen sus restos. Sin duda, La Alberca es un lugar que desprende Santidad y que inspira a poetizar y crear versos a los que creemos en los Caminos de Peregrinación como herramienta de desarrollo. Ahí van, los que escribí el día después de vivir esta experiencia, que recomiendo a todos los peregrinos que quieran recorrer los municipios de la Santa Cruz.
En La Alberca de Záncara
donde el tiempo es infinito,
la Santa Cruz de la Fe se erige
mantilla de pureza que envuelve
lo que la tradición preserva.
Jóvenes doncellas,
dichos ancestrales,
ecos de otros ayeres,
paloteos rítmicos
de corazones latentes.
La Cruz Patrona
mira desde los Altares
El diablo acecha
sin alcanzar la victoria.
Moros y cristianos
en lucha fraternal dialéctica
en fiesta que estalla
en armonía y color.
Lágrimas brotan
de la emoción terrenal
y mientras resuena
el coro de la senectud,
un bebe gatea
inocente y feliz
como un nuevo crisol
de Esperanza en el Camino.
(Yolanda Martínez Urbina – 15 de septiembre de 2024)
Gracias a la Alberca de Záncara, a las mujeres y hombres, a los jóvenes y mayores, al Ayuntamiento y a la Asociación de Amigos del Camino de la Santa Cruz, por hacerme partícipe de esta gran experiencia compartida como una Fiesta de Exaltación de la Vida.
Opinión de Yolanda Martínez Urbina. Reto Demográfico de AFAMMER