El Viernes de Dolores tiene una especial connotación para la Diputación Provincial de Cuenca. Como manda la tradición, la Corporación Provincial al completo, encabezada por su presidente, Benjamín Prieto, ha asistido, a partir de las seis de la tarde, a la solemne función religiosa en el Santuario de la Virgen de las Angustias, patrona de la Diócesis de Cuenca, a la que tampoco ha querido faltar el alcalde de la ciudad, Ángel Mariscal.
Una Eucaristía oficiada por el obispo de Cuenca, José María Yanguas, que ha vuelto a congregar a numerosos fieles que han abarrotado esta bella ermita de la capital conquense, viéndose obligados algunos de ellos a permanecer fuera del templo escuchando la misa. La imagen de la Patrona de la provincia ha presidido desde el altar esta función religiosa, que ha servido, una vez más, de preámbulo al arranque oficial de la Semana Santa conquense, con el posterior pregón inaugural en la antigua iglesia de San Miguel a cargo de Rafael Redondo. Una cita, por lo tanto, ineludible en la que la provincia toma especial protagonismo en la capital a través de su patrona, la Virgen de las Angustias.