Jueves Lardero. Pan, chorizo y huevo
Redacción
E. Buendía
Desde la Edad Media, era algo así como la última fiesta antes de la solemne celebración de la Cuaresma. Su nombre deriva del latín y se puede traducir como “despedir la carne” ya que era una celebración en la que, el pueblo, comía toda la carne que podía y se preparaba para el ayuno que vendría. Una despedida que se realizaba el jueves anterior al domingo de carnaval en lo que pasaría a conocerse como Jueves Lardero que significa untar o envolver con grasa lo que se va a asar.
Podría derivarse esta fiesta de los Saturnales paganos en los que se hacían grandes banquetes en los que no faltaba la carne y que darían lugar a los carnavales ya que, de hecho, hoy es el día señalado para su comienzo con la costumbre de que se coma carne de cerdo, chorizos , huevos o tortilla acompañado del clásico hornazo: un estilo de empanada rellena de carnes y huevos cocidos que se envuelve en masa de harina, sal y levadura y se deja hornear durante varias horas.
El Jueves lardero es celebrado con nombres varios en nuestros pueblos. No les voy a poder contar lo que en todos ellos tiene lugar, porque no habría lugar en estas páginas, ni en otras tantas, pero si les voy a apuntar, que generalmente se ‘sale’ a algún paraje cercano y relativamente bien acondicionado, para allí pasarlo bien, jugando y comiendo durante todo el día o parte de él. Son en algunos casos los jóvenes, en otros los escolares, también las familias quienes se echan al campo para vivir una jornada de convivencia, que hoy poco tiene que ver con las ‘necesidades’ del ayer.
Concretado el apartado del probable origen culinario, lo que, si es tradicional llevar a estas excursiones campestres, es el «hornazo», un bollo de pan de aceite con un huevo duro añadido en su parte central, en aquellas localidades que así lo tienen por costumbre. Y tampoco faltarán los alimentos clave del festejo: chorizo y huevo, en forma de bocadillos de tortilla de chorizo, por ejemplo.
En La Ventosa, me cuentan que era costumbre, llevar algo al maestro, que a cambio te daba unos caramelos, y deseaba que pasaran un buen jueves lardero. Y lo típico era llevar una tortilla y chorizos, y flan.
En Minglanilla, la gente va andando o en cualquier vehículo a algunos campos cercanos, ‘El Toyo’, la ‘Fuente del sordo’ o a la ‘ermita de Santa Bárbara’, son nombres escuchados. Allí se come y se lo pasan de modo divertido. Normalmente para comer se llevan tortas con chorizo y bacón.
En Ledaña, también en Villalpardo al jueves lardero lo denominan el día de La Zahora. Como también ocurre en Villalpardo, y es tradición el que los niños se reúnan para comer en casa de alguno de sus amigos, llevando su ‘zahora de saquillo’, según la cual todos aportan algún tipo de alimento para la comida; son sus madres, bien las de los grupos de amigos, o las de los escolares que se juntan, quienes se preocupan de preparar a sus chicos, la comida necesaria para que pasen el día divirtiéndose, bien, jugando y a veces, paseándose por el pueblo, tirando petardos. Y también me han contado, que en Ledaña salen las máscaras ya a la calle este día. No faltan en esta fecha el ‘hornazo’ ya indicado.
Las gentes de Las Mesas salen también a las afueras del pueblo para entre otras viandas comer las típicas tortillas de harina, al igual que lo hacen los de El Provencio.
En Villar de Cañas lo llaman también jueves graso, y se sale a «lardear» y comer tortilla de patatas, chorizos, pan y vino. Y acabo esta relación de pueblos, por no parecer pesado, con Salvacañete, donde me dicen que los jóvenes pasan el día en un paraje, junto al río, comiendo los alimentos derivados del cerdo, etc. Como tiene que ser.
En Cuenca capital, es el día en el que las familias y también las pandillas juveniles salen al campo de merienda, para celebrar su segunda romería, la primera lo fue para San Julián y el lugar elegido se concentraba, sobre todo en su ermita, al lado del rio Júcar.