Mientras el 90% de los españoles da por terminada la crisis y prepara y busca un lugar donde descansar, al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, sólo le queda lamentarse ante la tragedia que sufren los rohingyas y que ya ofrece cifras escalofriantes ostentando el triste récord de ser la emergencia que más rápido crece en todo el mundo mientras la comunidad internacional o mira para otro lado o hace como que ayuda ya que sólo ha puesto sobre la mesa un 26% de los 951 millones de dólares necesarios para ayudarles. Ante esto, ACNUR vuelve a dar la cara y ha puesto en marcha una campaña con la que ayudar al casi millón de refugiados rohingya que malvive en Bangladesh.

Guterres ha visitado los campamentos en Bangladesh y ha asegurado que nada le había preparado para la escala de crisis y sufrimiento que encontró por lo que apela a la comunidad internacional para que aumente su apoyo. Porque esta crisis no es una más: la violencia que enfrentaron los rohingyas en Myanmar desde agosto pasado es probablemente una de las historias más trágicas de violación sistemática de los derechos humanos jamás registrada.
Hace más de 40 años que miles de rohingyas se refugian en Bangladesh tras haber huido de Birmania. En agosto de 2017, un repunte de la violencia en el norte de Myanmar ha empujado a más de medio millón de personas a huir del país en busca de un lugar seguro en Bangladesh.
En los últimos meses, los refugiados de esta minoría étnica y religiosa han alcanzado el millón de personas refugiadas en el país vecino. A las llegadas desde los años 70 se suma el más de medio millón que ha entrado en tan sólo un mes.
«Es inaceptable que estas personas que tanto han sufrido en Myanmar ahora tengan que vivir en las difíciles circunstancias que estos campamentos representan de manera inevitable», agregó Guterres.
El titular de la ONU elogió al gobierno y al pueblo de Bangladesh por recibir “generosamente” a los refugiados y por brindarles protección y apoyo fundamental.
Al mismo tiempo, hizo un llamado a la comunidad internacional para que su solidaridad se convierta en apoyo para la minoría rohingya que aún vive en Myanmar y a los desplazados que cruzaron la frontera.
“Hay que intensificar el plan y aumentar sustancialmente el apoyo financiero a todos los que trabajan en Bangladesh para proteger y ayudar a los refugiados”, expresó.
Guterres resaltó que la ONU continuará insistiendo en el derecho de retorno voluntario de los rohinyás a Myanmar, pero únicamente cuando existan condiciones que garanticen una vida con dignidad.
El titular de la ONU llegó a Bangladesh el domingo en la mañana para llamar la atención sobre la difícil situación de los refugiados y apelar a la comunidad internacional. En su visita le acompaña el presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, que el viernes anunció casi 500 millones de dólares en donaciones.