La de ayer fue una jornada que llegó Cuenca de música. Por la mañana y gracias a la colaboración de SGAE, la plaza Obispo Valero reunió a los bilbaínos Vyro Project y los valencianos Moonflower que a pesar del asfixiante calor del mediodía ofrecieron un cuidadísimo directo. Muchos turistas declararon haberse enamorado del sonido de estas bandas, hasta el momento desconocidas para ellos. Los primeros, con un sonido más electrónico y la increíble voz de su vocalista empatizaron con el público en todo momento. Terminaron los levantinos, que además regalaron su disco a algunos de los asistentes.
Pero aún quedaba el plato fuerte de este festival que la noche anterior hizo que los conquenses cantaran y bailaran durante más de 5 horas de éxitos en directo. Las puertas se abrieron puntuales para que el grupo de fans de Hombres G que esperaba pacientemente en la calle tomara posiciones justo delante del escenario y así estar lo más cerca posible de la banda madrileña.
Con tan sólo unos minutos de retraso sobre la hora fijada las luces se apagaron y Hombres G invadió el escenario para comenzar su show con Voy a pasármelo bien. Una auténtica declaración de intenciones con respecto a lo que iba a pasar después. A continuación un éxito más reciente como No te escaparás que con su ritmo con una pizca de ska preparaba al público para el tema que venía a continuación. Sonaban los primeros acordes de El ataque de las Chicas Cocodrilo y miles de gargantas comenzaron a cantar su conocidísimo estribillo. Tras ella, llegaron otros temas como Chico tienes que cuidarte o Si no te tengo aquí. También interpretaron temas como Me siento bien, Sólo un par de palabras o Estoy pintando tu sonrisa, la cual no tocaban en directo desde hace años como declaró Summers al público conquense. El punto romántico lo puso la canción ¿Qué soy yo para ti? Que servía para bajar un poco el ritmo frenético del comienzo.
Pero aún quedaba mucha noche por delante y la banda fue encadenando éxitos por todos conocidos como Visite nuestro bar, Marta tiene un marcapasos, Estoy temblando o Suéltate el pelo. Aún así, los cartuchos no se habían agotado y después de un repertorio de más de 15 temas Summers guardaba en la recámara su gran despedida. Javi Molina, vaso de Tequila en mano se acercó al micrófono para entonar cual tenor italiano la primera estrofa de Venezia que llevó al público a un éxtasis culminado por su canción insignia Devuélveme a mi chica. El público quedaba encantado con un concierto de cuidado y de impecable sonido.
Tras abandonar el escenario los G, las luces de la plaza se encendían, pero prácticamente nadie se movió del sitio si no era para reponer fuerzas en las barras del recinto. Y es que en tan sólo unos minutos, una mesa de DJ presidía el escenario canalla. La música comenzaba a sonar y aparecía el mítico locutor y productor Fernandisco. Su sesión con éxitos atemporales animó al numerosísimo público desde el minuto uno. Lo conquenses no querían que la fiesta terminara y se entregaron en cuerpo y alma al set del locutor que hacía del micrófono su mejor arma para conectar con ruedo, pidiendo que cantarán, que levantaran las manos o que bailaran himnos de la noche que iban desde Salt n’ Pepa hasta AC/DC, pasando por Camilo Sesto, Bon Jovi, Rebeldes, Aqua, Michael Jackson o Whigfield entre otros. Despuñes de más de dos horas de show con público totalmente a los pies del DJ, cuando la fiesta amenazaba con acabar el público pedía más y más. El momento más divertido fue cuando Fernandisco pinchó Gimme hope Joanna y todos los asistentes hicieron una conga gigante que atravesó toda la plaza. Pura alegría y diversión que culminó ya con las luces encendidas con el broche final de Satisfaction de los Stones que hico que todos los “canallas” cantarán a una sola voz el himno de la incombustible banda de Jagger.
Sin duda, este Festival Canalla ha sido una fortísima apuesta por parte de sus organizadores que con el apoyo de patrocinadores y colaboradores declaraban querer crear en Cuenca un evento especial que pusiera a Cuenca en el mapa musical y dinamizara la ciudad en todos los sentidos, aunando música, cultura y gastronomía. Pero esta cita ha sido impecable, divertida, con un recinto en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, una increíble zona VIP y un cartel que ya quisieran muchos ciudades. Tanto es así, que tras el festival los asistentes comentaban cuánto se habían divertido, el gran ambiente creado y preguntaban ya por la siguiente edición. Con este balance, es normal pensar que habrá Festival Canalla para rato y que cada vez más conquenses quieran ser unos auténticos “canallas”.