El Proyecto de Singular Interés (PSI) «Parque de Ecoturismo y Aventura Toroverde» surgió como cortina de humo para tapar la desastrosa medida del cierre de la línea de ferrocarril Aranjuez Cuenca Utiel, que Emiliano García Page pactó con el entonces ministro de Transportes José Luis Ábalos.
La Junta de Comunidades, la Diputación Provincial de Cuenca y el Ayuntamiento declararon el año 2022 que darían todas las facilidades posibles para que, en la Sierra de Bascuñana de Cuenca, se inaugurara el año 2025, una de las mejores instalaciones de aventura del mundo, con un récord ‘Guiness’ entre sus atracciones.
La instalación de la empresa portorriqueña ocuparía 1.100 hectáreas de los montes públicos de la Sierra de Tondos y la Sierra del Tejarejo de Mariana cedidos por el ayuntamiento de Cuenca. El proyecto culminaría con la inauguración del hotel de alto nivel de la cadena hotelera ‘Nayara’, de Costa Rica, con capacidad para 60 habitaciones.
Ambas construcciones, el parque temático y el hotel, supondrían una inversión de 35 millones (en el año 2024 aumentaron a 70 millones) y crearían 500 puestos de trabajo (en el año 2024 disminuyeron a 424). Pero de esos millones y empleos no hay nada, porque Toroverde no ha presentado el proyecto para su tramitación ante la Consejería de Fomento.
En consecuencia, este año 2025 la noticia es que no habrá ceremonia inaugural de Toroverde. Si hubiera habido inauguración el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro señalaría que el complejo creado supone “un antes y un después para el desarrollo turístico y económico” no solo de la ciudad de Cuenca, sino de la región en general. Habría dicho que la oferta de ‘Toroverde’ y ‘Nayara’ en Cuenca es singular frente a la que tienen en otros lugares del mundo.
Por su parte, el Chief Executive Officer (CEO) de Toro Verde, volvería a comparar el Parque de aventuras de Cuenca con el paso que Neil Armstrong dio en la Luna. Haría la promesa de cuidar el monte, sembrar más árboles y proteger la flora y la fauna de la sierra, subrayando que todas las empresas de la zona se beneficiarían del proyecto de la ToroVerde.
Por último, Emiliano García-Page proclamaría que la región se ha convertido en la más receptiva a la inversión nacional y extranjera. Definiría a Toroverde como “una empresa pasional y sensibilizada que va a producir una mejora ambiental en la zona”.
A la vista del fracaso inaugural de Toroverde, la falta de seriedad empresarial y el escaso respeto a las autoridades es fundamental que estemos alerta. La administración de Castilla-La Mancha, la ciudadanía y las asociaciones debemos vigilar la evaluación de impacto ambiental del Proyecto de Singular Interés, para que no ponga en riesgo los espacios y recursos naturales, ni las riquezas de relevancia ecológica de la Sierra de Bascuñana y garantice el desarrollo racional de las actividades en el territorio.
Por Fernando Casas Mínguez
