Señor Presidente:
Me dirijo a usted no solo como Técnico de Gestión de Tecnologías de la Información del SESCAM, sino como otro de tantos trabajadores de su servicio público que ha sostenido con esfuerzo y profesionalidad un sistema sanitario del que esta comunidad presume, incluso en los momentos más difíciles. Esta carta no nace de la euforia de una victoria judicial, sino de la necesidad de recordarle una decisión suya —o más exactamente, una omisión— que ha tenido un profundo coste para este colectivo y para el prestigio institucional de su gobierno.
En 2021, con datos y argumentos jurídicos en la mano, se le solicitó de forma clara y respetuosa la paralización de la OPE 2018 del SESCAM. Le pedimos diálogo, soluciones pactadas, y sobre todo, justicia para una situación que amenazaba con eliminar de un plumazo más de 120 plazas estructurales de informática, que debían haber sido incluidas en el proceso 3 meses posterior de estabilización conforme a la Ley 20/2021.
Usted, señor presidente, optó por no responder directamente. Delegó una contestación, obligado por transparencia, al Servicio de Recursos Humanos del SESCAM que ya nos había demostrado que estaba lejos de escuchar, lejos de mostrar apertura o prudencia, y nos enviaron la misma respuesta despectiva que ya conocíamos de ellos, resolviendo que no tenían obligación de atender nuestra petición y que el asunto no era «cuestionable». Se cerró la puerta. Nos dejaron solos. Nos obligaron a acudir a los tribunales para paralizar un proceso que se sabía improvisado, pues estaba fuera de plazo, y me atrevo a decir que por las prisas del que actúa con mala fe.
Hoy, la justicia ha hablado. La sentencia es clara: la OPE 2018 ha sido anulada. Ha quedado probado que hubo, como mínimo, una actuación gravemente negligente desde la Dirección General de Recursos Humanos del SESCAM. Una actuación que, además de ser arbitraria, ha causado un daño profundo, económico y emocional, a cientos de profesionales que necesitaban que esa OPE se hubiera anulado a tiempo de que sus plazas pudieran ser integradas en la consolidación posterior.
Esta sentencia no solo anula un proceso injusto; deja también en evidencia una forma de gestionar basada en la soberbia, en ignorar al trabajador cuando no conviene políticamente, en la falsa tecnocracia que no escucha ni dialoga. Y eso, señor Presidente, es responsabilidad también de quien permite que ocurra bajo su mandato y a lo mejor delega en quién no debe.
Aún estamos a tiempo de reparar y reconstruir. 120 plazas y los 120 profesionales que las ocupan, desde hace más de 20 años algunos, vuelven a la palestra, y vuelven a necesitar de buena voluntad política y diálogo administrativo para facilitar soluciones que ayuden a consolidar sus puestos de trabajo, profesionales que llevan ejerciendo en abuso de temporalidad desde los inicios del Servicio de Salud de Castilla La Mancha.
Atentamente,
Antonio Ortega Rodríguez. Técnico de Gestión de Tecnologías de la Información del SESCAM. (20 años de interino).