Partiendo de la base de que es un término que significa, etimológicamente, todo lo contrario a lo que pretende, empezamos bien. La primera en la frente. Para que nos quite Dios de los malos pensamientos y acciones subsiguientes. Si se viniese a llamar algo así como “Naturoterápia” pues, aún tendría un pase.
Pero ¿Naturopatía? Significaría enfermar (pathos) por la naturaleza (natura). O sea, otro disparate .
Y no es un servidor, precisamente, un acérrimo defensor a ultranza de la ciencia pura, dura e incontestable. Ni de lejos, oiga. Que siempre he dicho que, si una persona “se cura” de una neumonitis- por poner un ejemplo- poniendo en la cabecera de su cama una cebolla (lo he oído, eh) durante las noches, y los resultados de tal curación son evidentes mediante pruebas médicas al uso…¡pues bendita cebolla!
Aunque , si bien no simpatizo con los acérrimos científicos alópatas…imaginen con los fanáticos intransigentes “naturópatas”.
Ni punto de comparación. Y tenemos para dar y regalar a los dos bandos.
A los dos bandos, como lo escribo. Mas no hay color en mis preferencias. Como es natural , que no es color naturopático.
Últimamente estoy oyendo y leyendo acerca de una de las ramas que incluyen en la Naturopatía y que se viene a llamar “Homeopatía”.
Es decir, el tratamiento por lo igual o semejante. Todo lo contrario que la “Alopatía”.
También he oído – y hasta visto en una conferencia vestido de sabiduría incontestable- a un tal Josep Pàmies que el tío es capaz de curar el autismo y otros estropicios tipo cáncer, ELA (y otras calamidades) prácticamente incurables por la medicina occidental (Alopatía) en un ‘abrir y cerrar de ojos’. ¡Benito y su purga, vamos!
Las Instituciones responsables de tales desmanes han tomado cartas muy serias en el asunto. O eso creo porque eso dicen.
Claro que, que un servidor sepa, están tomando cartas en tales asuntos durante más de sesenta años. O mucho más. La carta debe ser, además de muy seria, muy larga. Por lo visto. Puesto que los resultados a tales estulticias brillan por su total carencia.
El tipo ese – Josep Pàmies – y sus congéneres bien tranquilos que están y buenos cuartos que siguen cosechando. Un poco de lejía disuelta en agua – no es preciso que sea agua del Carmen siquiera- unas hojas de hinojo (u otras hojas campestres) salpimentado y rebozado con jugo de berenjenas más o menos frescas y…todo curado, sin necesidad de cebolla. Absolutamente todo curado y sin secuelas que puedan dar lugar a reclamaciones desagradables. ¡Ahí es ná y ahí me las den todas!
Otro punto en el que, sin conocer en demasía francamente, se ha puesto el grito en el octavo cielo y, posiblemente, con razón es la Homeopatía.
Un servidor conocía muy someramente ese tipo de terapia. Tratar las enfermedades con el mismo (o semejante) componente que las produce pero en dosis infinitesimales. A modo de ejemplo, una picadura de avispa se trata con dosis infinitesimales de ‘apis mellifica’, que también sirve para orzuelos, conjuntivitis, picaduras de insectos en general, alergias, dolor general, otitis, fiebre de heno, reumatismo, quemaduras, mal de amores y otros demases.
La cosa no invita mucho a creer en tales remedios curalotodo. Francamente.
Lo conocía un servidor muy someramente eso de la homeopatía. Pero algo le sonaba. Ahora más, claro…me he tenido que empapar para escribir esta minucia.
Están los “oficiales” y los “arúspices contemporáneos” que echan chispas en pendencia permanente defendiendo sus métodos de curación total y absoluta.
Pero ‘la casa sigue sin barrer y hasta el techo de cochambre’ debido -sin duda- a que las instituciones responsables todavía no han terminado de leer la carta anteriormente citada.
Un servidor de todos ustedes pertenece a los “oficiales”. Gracias a Dios, pero sin fanatismos. Repito lo de la cebolla, la neumonitis y el placebo. Placebo – para todo aquel lector, lectora, señora o señorita que no conozca el término o para que se usa- es todo aquel producto que, sin tener actividad alguna, puede producir curación o mejoría. Es algo que se utiliza constantemente en ensayos clínicos bien elaborados, para saber la eficacia de un determinado fármaco frente al que no hace nada de nada (Placebo, repito).
Sin embargo, algo he de decir a todos aquellos “oficiales”, que crucifican la técnica homeopática en absolutamente todas sus cataduras, que las vacunas y los anticonceptivos, por poner otro ejemplo conocido, no dejan de ser , de alguna manera, técnicas homeopáticas. Como lo estoy escribiendo.
La vacunas suelen utilizar – tampoco es cuestión de profundizar aquí sobre ello, que me cuesta mucho espacio- elementos productores de una determinada enfermedad en forma ‘muerta’ o atenuada a fin de que el organismo produzca sus defensas (anticuerpos) contra ellas y venzan. Los anticonceptivos al uso, utilizan hormonas femeninas en dosis bajas para que el hipotálamo, la hipófisis (no entremos en esas cosas, por ahora), y ovarios inhiban la producción natural de sus hormonas y…no hay preñez que ocurra (salvo que se tome algún tipo de antibióticos: hijos de betalactámicos hay a tutiplén).
O sea, pura homeopatía. Lo queramos o no. Tratamiento con lo igual o semejante.
Lo verdaderamente perverso de este tipo de chamanes de pacotilla, es que inducen al abandono total de las terapias convencionales y adecuadas.
Y así pasa lo que pasa. Que no hay cebolla que lo remedie.
Respecto a las vacunas, añadir que los insensatos y botarates “pro anti-vacunas” son, precisamente de la corriente naturópata- homeopática (que he tanteado a unos cuantos, conste).
Demostrando, como es evidente, el grado de ignorancia, ineptitud, torpeza e incultura de las que derrochan a grandes espuertas.
Y el tema y sus soluciones pendientes del asunto de la carta o la carta del asunto. Que para el caso, da igual.
P.S.- Las frases solemnes y prometedoras de falacias ampliamente repetidas en todo discurso que se precie, son la manera más fácil de comprender que quien las soflama no deja de ser un inútil imperecedero. ¡Estamos petados de ellos (y ellas)!
Francisco R. Breijo-Márquez. Doctor en Medicina. Full Professorship of Clinical and Experimental Cardiology at East Boston Hospital, Boston. Massachusetts. (On voluntary leave, currently)
bla bla y más bla.
Todos nacemos y morimos ignorantes.
He empezado a leer y bla bla y más bla. Síntoma de otro ignorante de `pacotilla, no he podido seguir leyendo.
A pesar de que yo solo se que no se nada, que nací ignorante y moriré igual de ignorante. Se porque es fácil de demostrar que se infinitamente mas que uds. de todo.
Y hay algo que me cabrea mucho, son los ignorantes como Ud. dándoselas de eruditos.
Saludos de un ignorante a otro mucho más ignorante como es Ud.
Pues lleva usted toda la razón:
¡Soy – Yo mismo – mucho más ignorante que usted, Sr. “Yo mismo” (perdón: “yo mismo”, como escribe usted, así…en minúscula).
Ignorancia que no abandono a pesar de intentar (solo intentar) aprender de usted y gente como usted.
¡Ah Sr. ‘yo mismo’ ! Gracias infinitas por su lectura. ¿Qué menos?
Atentamente: el arriba firmante con nombre y apellidos
Señor «yo mismo»: (o sea, dos puntos)
Para que vea mi admiración por sus ideas y su impecable gramática, le he dado un «like- o me gusta, al gusto de usted- .
¡ Cuanta ayuda pueden ofrecer criterios y criticas como las suyas a los impenitentes ignorantes cual ‘yo mismo’!
Y su valentía al opinar con nombre tan caracteristico, original y oportuno, es motivo de mayor admiración por parte del eternamente ignorante que firma.
Asemejarse a lo que dicen que dijo Sócrates le honra.
Sincerísimamente suyo
1) Lease el informe Quiral y despues hable de movimientos antivacunas.
2) No confunda Naturopatia con Homeopatia.
3) Usted solo se descalifica por tratar a todos los profesionales de la misma manera.
Comenta o da a entender que todo el profesional que se dedica a homeopatia o naturopatia incita al abandono de un tratamiento «oficial», muy bien. entonces yo puedo decir que usted el año pasado ha realizado mala praxis y ha matado a casi 800 personas, porque como el año pasado hubo casi 800 muertes por mala praxis médica y hay 245.000 médicos y todos los médicos sois iguales, entonces todos sois culpables de esas 800 muertes.
y me quedo tan a gusto como usted se ha quedado al escribir eso de arriba.
un saludo
Estimado “SuS:
1º.- El informe del que escribe nada tiene que ver con lo que he escrito. Viene de una fundación privada y, a pesar de que pueda estar en acorde o no, no viene al caso, puesto que un servidor de usted siempre está a favor de las benditas Vacunas debidamente estudiadas y elaboradas (la “Poliomielitis”, verdadera peste de las tres primeras partes del siglo XX, parece ser que está eliminada gracias a la vacuna. Veremos si no hay repunte como así ha sucedido con la varicela y todos los herpes virus)
2º.- O usted no lee bien o algo parecido debe ser. Sé perfectamente -créame – que no es lo mismo la mal llamada Naturopatía y la Homeopatía. ¡Créame! (o no, como le plazca)
3º.- En ningún momento trato de calificar a nada ni a nadie. Mucho menos si se trata de médicos “oficiales” que practican tales métodos. Profesionales de la medicina, por supuesto.
No puedo -ni está en mi intención- catalogar como “profesional” a nadie, absolutamente a nadie que se dedique a la Naturopatía y/o Homeopatía. Sobre todo porque no existen profesiones de tales menesteres. Sencillamente…¡No existe tal profesión! Y deseo que así permanezca.
Sería muy de agradecer que, con su verdadera filiación, por supuesto- explique documentadamente (ni decir tiene) eso que afirma de la “mala praxis médica” y sus ochocientos ‘homicididos’, como usted apunta. La afirmación que ha hecho públicamente, cae en el delito según la L.E.C.
Y doy por concluido este estúpido debate, alimentado por fanáticos curalotodo.
Si hubiese leído bien, estimado SuS, se hubiese dado cuenta de que, un servidor de usted, siempre ha sido y espera seguir siéndolo, un ecléctico en casi todas las cosas. Lea lo que escribo sobre la “cebolla” y sus virtudes y saldrá de dudas y afirmaciones capciosas. Detesto en la misma medida a los académicos intransigentes como a los taumaturgos augures.
Doy por finalizado el debate.
Un saludo (¿por qué no?)
Querido amigo. No compensa intentar enseñar al que no acepta una verdad. Tengo la Estrella de Galicia bien fría. Cómo este Sr» yo mismo» hay unos cuantos, y bueno… también han intentado curar el HIV a base de chorradas. He tenido muchas trifulcas con este tipo de gente y no conseguí nada hasta que uno de ellos (desde Colombia) me consultó sobre el tratamiento para un familiar (era para él). Indiscutiblemente se lo dije y le di direcciones de médicos colombianos y brasileños para que acudiera a ellos. Amigo lo de la Estrella sigue en pie.
Yo solo digo que hablar de algo que no se ha experimentado es hablar desde la ignorancia.
Y hablar desde la experiencia de otros también es hablar desde la ignorancia. Pues que cada individuo es justamente eso, un individuo, y puede que una técnica no sea efectiva para un individuo concreto y totalmente sanadora para otro individuo concreto. La cosa es experimentarlo uno mismo, y para ello lectores no tienen que leer palabras de una persona que solo repite lo que otros digeron.
Un saludo
Estimado Enrique. ¡Venga esa Estrella de Galicia bien fría!
Llevas toda la razón…como siempre: nauseabundos preparadores de mágicos elixires panacéicos cuyos resultados suelen ir a parar dónde tu has estado durante tiempo y experto y referente internacional eres : Unidad de Cuidados Intensivos (U.C.I)
Un abrazo
Enrique = Francisco, patético.
Yo solo digo que hablar de algo que no se ha experimentado es hablar desde la ignorancia.
Y hablar desde la experiencia de otros también es hablar desde la ignorancia. Puesto que cada individuo es justamente eso, un individuo, y puede que una técnica no sea efectiva para un individuo concreto y totalmente sanadora para otro individuo concreto. La cosa es experimentarlo uno mismo, y para ello lectores no tienen que leer palabras de una persona que solo repite lo que otros digeron.
Proyectar tu descontento justificando tu actitud por las «faltas» de ortografía de los demás sólo demuestra tu nivel de ignorancia.
Un saludo