Pentecostés: La Caballada, Romería del Sapo, la Virgen de Rus, Consolación…
Redacción
Enrique Buendía
La Caballada
Una de las más renombradas fiestas de este fin de semana, es La Caballada de Atienza, una de las tradiciones más antiguas de España y la única fiesta de la provincia de Guadalajara que reúne las declaraciones de Interés Turístico Nacional y Bien de Interés Cultural Inmaterial en la que, la Cofradía, formada por hermanos que visten traje negro, chaleco, capa castellana y sombrero negro, están obligados a seguir unas ordenanzas cuyo incumplimiento es sancionado con pagar multas en libras de cera o en celemines de trigo. La Caballada de Atienza es, sin duda, su fiesta más representativa. Conmemora un hecho histórico, ocurrido hace más de 850 años, en 1162, cuando Alfonso VIII, siendo aún un niño, era rey de Castilla y su tío, Fernando II de León, presionaba política y militarmente aprovechándose de la situación de minoría de edad de Alfonso para hacerse con la corona castellana. Las familias nobiliarias más importantes de la época, la de los Lara y la de los Castro, prestaban su apoyo de manera enfrentada a la causa de Alfonso (los Lara) y a la causa leonesa (los Castro). La primera de ellas condujo al joven rey castellano hasta Atienza y le resguardó tras sus murallas. Las tropas pro-leonesas sometieron entonces a la villa a un asedio, que se prolongó en el tiempo, hasta que la mañana de Pentecostés de 1162, la cofradía de arrieros existente entonces en Atienza ideó una estratagema para solucionar la situación: pidieron permiso para atravesar el asedio simulando realizar una romería a la cercana ermita de la Virgen de la Estrella y aquello sirvió de distracción a las tropas leonesas. Mientras tanto, las caballerías más veloces condujeron al rey niño hasta Ávila. De esta manera Alfonso VIII pudo conservar la corona castellana independiente de la de León.
Aquella gesta supuso el comienzo de la hoy conocida como fiesta de La Caballada, organizada actualmente por los herederos de aquella cofradía de arrieros, la Cofradía de la Santísima Trinidad. Ésta conserva documentación que acredita su presencia desde el siglo XII y se conservan sus libros de acuerdos y cuentas desde 1679.
La fiesta, declarada de interés turístico nacional, regional y provincial, se celebra todos los Domingos de Pentecostés si, bien, la cofradía se reúne tres días más al año:
- San Isidro. 15 de mayo.
- Domingo de Trinidad: domingo inmediatamente posterior al de Pentecostés.
- Sábado de la Cernina: sábado inmediatamente posterior al Domingo de Trinidad.
A estas fechas hay que unir la de hoy, el Sábado de las Siete Tortillas, víspera del Domingo de Pentecostés, en donde la junta directiva de la Cofradía (conocida como la Mesa) baja andando a la ermita para prepararla de cara a la fiesta del día siguiente. Es costumbre que dichos hermanos merienden siete tortillas, todas diferentes, en conmemoración de los siete días que, según la tradición, tardaron los arrieros atencinos en llegar a Ávila con Alfonso VIII.
Puedes leer el reportaje, íntegro, y escuchar audios aquí.
Romería del Sapo
El Domingo de Pentecostés finaliza la Romería del Sapo en Mota del Cuervo, de Interés Turístico Regional, y entra de lleno la función de Ánimas, organizada por la cofradía de Ánimas que, durante una semana entera, ha desarrollado los oficios en casa del capitán incluyendo el recorrido con el gobernador y el alguacil.
Se trata de una tradición que data del año 1864 en la que participan ocho niñas, danzantes, que con la figura del porra y el guitarrero, cantan y bailan canciones que narran hechos del día a día.
Son celebraciones que se han prolongado durante los tres domingos anteriores al de Pentecostés y que tuvieron lugar en la Plaza del Verdinal, La Cruz Verde y Santa Rita.
Habrá misa a la que asisten las danzantas y ya, por la tarde, la mesa en la ermita de San Sebastián quedando preparado todo para el ofertorio en el que participan jinetes con corneta, banderín y Junquillo que, tras dar vueltas por el pueblo, depositan donativos en la ermita sin bajarse de sus cabalgaduras.
Romería de Consolación en el año 2005
Terminada la Misa de la Aurora, en la iglesia parroquial de Iniesta, la imagen de la Virgen de Consolación salía del templo a hombros de sus vecinos y rodeada de multitud de fieles, del propio pueblo y otros llegados desde distintas localidades de la comarca. Eran las 5,30 horas de la mañana y, así, daba comienzo la anual romería que cada domingo de Pentecostés lleva puntualmente a la Virgen patrona de Iniesta a su Santuario, por el camino conocido como ‘el de la Virgen’.
Entre rezos y cantos, el pueblo se desperezaba a su paso con la luz de los faroles urbanos marcando todavía la ruta callejera del inicio romero. Al lado del parque, un rosario multicolor de fuegos artificiales nos despedía. No pasarían apenas unos minutos cuando, en el cruce de carreteras y salida al ‘Camino’, la imagen de la Virgen sería vuelta hacia el pueblo de Iniesta y con una emotiva Salve de acción de gracias, se realizaría lo que es la despedida oficial. Fueron momentos de emoción para todas las personas que allí estábamos. “Se nos va por unos días, pero no dejaremos de ir a verla hasta las fiestas de agosto…”, me decían personas de Iniesta. “¡Vamos, que el Santuario nos espera y la Virgen es nuestra compañera!”
La luz del amanecer interpretaba su propia sinfonía de suaves colores. Eran las seis y media de la mañana. Por delante quedaban casi cuatro horas de camino. A buen ritmo comenzaba la andadura, guiada siempre por un hormiguero de gentes que a su propio ritmo, y por delante, iban señalando la lejanía o cercanía del grueso romero.
No crean que los romeros no iban entretenidos durante su caminar, no, pues era común las conversaciones entre grupos, los rezos particulares y en comunidad, los recuerdos, los cantos más o menos acompasados, a veces acompañados por los sonidos de una guitarra interpretándose jotillas con letras varias, muchas de ellas dedicadas a ensalzar a la imagen patronal… Así iba transcurriendo la jornada.
Apenas un par de paradas, la primera en el lugar que se conoce como El Pocico, la segunda, en la mitad del camino, en el paraje de ‘El Humilladero’, una construcción cerca del pueblo de Villarta donde esperaban vecinos de esta localidad y de Villalpardo para unirse a la romería. Aquí, apenas diez minutos, en la que los romeros ‘cercaban’ a la Virgen con sus rezos, poesías, cantos y salve, mientras otros tomaban fuerzas. Un puesto de magdalenas y chocolate caliente se servía a quien lo solicitaba:
“Este año el gentío acompañante de la Virgen ha sido mucho mayor que el pasado, debido a que la fecha no ha coincidido con la festividad de San Isidro, como ocurrió el otro año, y mucha gente de los pueblos de la comarca han venido y sobrepasado con creces el alimento que teníamos preparado…”
“La bajada al Santuario será rápida…”, se avisa.
Reportaje íntegro lo puedes leer en este enlace
Pero Pentecostés tiene su lunes de fiesta y romerías como la de Alarcos (CR) en recuerdo de la batalla del mismo nombre y, en Peñas de San Pedro (AB) llegará la romería del Cristo del Sahúco desde esa pedanía, El Sahúco, a hombros de los romeros. Lo curioso es que, los andarines, los romeros, que visten pantalón y camisa de color blanco, una vez introducida la imagen del Cristo en una especie de ataúd, cargan con él llevándolo corriendo esos kilómetros que separan la pedanía de Peñas de San Pedro en donde le espera la imagen de la Virgen como si de la procesión del Encuentro se tratara.
Reportaje y audios pinchando aquí.
Queda la de Rus porque, en San Clemente, hay que devolver a la Virgen de Rus a su santuario.
En la historiografía de la Virgen de Rus, hay que referirse a un documento de 1617 donde se cita dicha costumbre como inmemorial en que, “la traída en procesión de la Santísima Virgen de Rus se realiza el primer domingo después de Resurrección y que, pasados cincuenta días de permanencia en la iglesia parroquial del Señor Santiago, debe regresar a su Ermita el día de en medio de la Pascua del Espíritu Santo”.
Hace 36 años, con motivo de la traída de la Virgen, Francisco Sevillano, que llevaba 20 de profesor en San Clemente y ejercía de alcalde en esas fechas, nos decía que la población era de 6.500 habitantes: es el único pueblo que ha tenido crecimiento real y en el que se cuida el patrimonio porque, los que se marcharon, están regresando y cuidan de que sus casas estén en buen estado.
Cerca de 1.000 niños hay en edad escolar. Se completa el ciclo inicial en las escuelas y, el medio, en el Instituto Técnico de Enseñanza Media en donde se imparten materias técnico profesionales unidas a las estrictamente educativas, explica Francisco.
En San Clemente, la agricultura es el pan nuestro de cada día aunque las tierras, están en manos de unas cuantas familias que, por cierto, proporcionan jornales y bienestar al pueblo. Hay industria. No mucha pero sí, añade Francisco. Tenemos fábricas pequeñas pero que tienen doscientos y pico empleados: Uteco, la Alcoholera, la Cooperativa etc que seguro que abrirán puertas a otras.
Puedes leer el reportaje íntegro y escuchar las voces de Urbano Molero, Luis Carrascosa y Luis Molero porque, este trabajo, la traída de la Virgen, fue realizado en el año 1987 para Radio Nacional de España en Cuenca.