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Villaescusa de Haro, en la ruta de los caballeros, castillos y molinos de viento, celebran fiestas en honor del Santísimo Cristo de la Expiración en las que destaca, y de qué forma, la procesión nocturna en la que participa una sección del Regimiento de Saboya, número 6, hermanada con Villaescusa desde hace 50 años porque, a primera hora de la tarde del jueves 3 de julio de 1969, mientras el grueso del pueblo realizaba labores de siega en los campos bajo un sol justiciero, Manuel Alcañiz Lopezosa y Manuel Montes Romero, que trabajaban en la construcción del pozo que debía suministrar agua corriente al pueblo, perdían la vida a causa de las emisiones de una producidas por una bomba de achique en el interior del pozo. Su compañero, Manuel Barón, consciente del peligro, dio la voz de alarma y, Francisco Hermosilla, alcalde de la villa, requirió la colaboración de los miembros del Regimiento Saboya nº 6 que se encontraban realizando maniobras en los alrededores. Vecinos y soldados coordinaron las labores de rescate y trabajaron por turnos para ensanchar el hueco del pozo y así permitir el escape de los gases y poder rescatar los cuerpos sin vida de loa trabajadores.
Este triste suceso supuso el embrión de la historia de hermanamiento entre el pueblo de Villaescusa de Haro y el Regimiento Saboya n.o 6, uno de los más antiguos de España y que cuenta con un bagaje de casi quinientos años de servicio desde su fundación en la época gloriosa de los Tercios.
La procesión, con el Santísimo Cristo de la Expiración, parte de antiguo convento de Justinianas, del siglo XVI, del que solo se conserva su iglesia, y finaliza en la iglesia parroquial de San Pedro, también del siglo XVI, en donde se encuentra la Capilla de la Asunción mandada construir por don Diego Ramírez de Villaescusa: la Joya de Villaescusa.