Vídeo reportaje. La Hoz de los Toriles, los gancheros y una de romanos
El vídeo reportaje
Visitamos un lugar, junto al Guadiela, casi en estiaje, más abajo de la Herrería de Santa Cristina, cuyo nombre, a pesar del cerro que queda a espaldas de la central casi pegado a Piedra Escrita, está relacionado o mimetizado con el mundo de la ganadería y de los gancheros, río abajo porque, estos últimos, tomaron de ellos la terminología Toriles ya que, los “toriles”, era el lugar, y sigue siéndolo, en el que se concentran los animales para ser llevados a la manga. Es más, al llegar, por el símil, si te fijas en el vídeo, accedemos a una especie de placeta, “toril”, que nos lleva a un carril sumamente estrecho, “la manga”.
Pero, ¿qué hicieron los gancheros?, pues eso mismo. Construir “toriles” en tramos bravíos del río, tramos difíciles por estrechos y peligrosos haciendo balsas en las que recoger los troncos y, de ahí, conducirlos a la manga, al cauce limpio del río que nos lleva como nos comenta, Raúl Muñoz, artesano de todas las maderas y, sobre todo, amante y estudioso de tradiciones y trabajos como los que hacían nuestros gancheros antes de la llegada de los camiones.
Pues aquí, en esta Hoz de los Toriles, a escasos metros de la central, hay una inscripción romana del siglo I, en latín, en lo que llaman Peña Escrita, relacionada con la antigua ciudad romana de Ercávica que decreta que, con los cien mil sestercios de intereses obtenidos de cierta cantidad que, Cayo Julio Celso, donó al municipio de Ercávica, se pavimentaron unos 11 kilómetros de la vía en la que se encuentra la inscripción.
Todo ello en esta Hoz de los Toriles que, como en todas las nuestras, son el resultado de la erosión, en este caso de las aguas del Guadiela que, junto a la acción del viento, la lluvia y los hielos, liman la frágil caliza dejando esas formas pétreas tan nuestras.

