Vídeo. La Guardia Real en la procesión de Paz y Caridad
No fue uno de los jueves que brillaron más que el sol aquél 31 de marzo de 1983, quizás por la presencia de la Unidad de Música de la Guardia Real enriquecida con las secciones de tambores y pífanos que pusieron luz, espectáculo y música aquella tarde del Jueves Santo, en cuenca, en la procesión de Paz y Caridad. La Unidad de Música, la Banda Real al completo dirigida por el conquense José López Calvo, camino de la Plaza Mayor, ponía el contrapunto tras la imagen de la Soledad del Puente que, a su vez, desfilaba tras el Cristo de las Misericordias que, metros arriba, seguía los pasos del Jesús del Puente por la curva de la Audiencia. Una imagen a la que, la Banda, seguiría a duras penas por algunos tramos hasta la iglesia de la Virgen de la Luz.
El 22 de Marzo del año 2018, entrevistábamos a José López Calvo en su casa de Madrid. Una conversación larga en la que, en su segunda parte, nos recordaba cuando, ya en Madrid, ingresa como capitán en la Guardia Real en el año 1976 pasando a comandante director al año siguiente, con cuarenta y seis años. Seis años más tarde, curiosamente, vendría a Cuenca al frente de la Guardia Real. Era el Jueves Santo del año 1983 y aquel día, Cuenca entera grabó en su memoria el Miserere que juntos, Guardia Real, Banda de Cornetas y Tambores del Ejército del Aire y la Banda de la Guardia Civil cantaron en la calle Fermín Caballero. Era el año en el que enterramos a Marco Pérez, nuestro imaginero, como López Calvo es nuestro músico: lo he pretendido y las marchas son marchas que me han costado sangre porque no son marchas corrientes. Me he preocupado de que tuviesen armonización única, un contrapunto especial. Nada de baratijas para mi Cuenca. Cada marcha que hago para Cuenca ha sido de llorarlas, de vivirlas como si fueses poemas sinfónicos. Y no, no he sido de ninguna hermandad. Solo de la de los músicos, la del Prendimiento, a la que mi hermano le hizo la marcha esa tan bonita. Y ahí estamos todos los músicos que tiene su cosa por ser el Beso de Judas.
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