Chillarón de Cuenca, está a diez minutos de la capital y por eso hablamos de un pueblo dormitorio en el que viven unas mil personas aunque, censadas, se reduzcan a la mitad. Es el problema que tenemos aquí, un pueblo dormitorio de cuenca en el que la mitad de la población trabaja fuera y solo viene a dormir. Apenas se integra y, con ella, van los chicos que los matriculan en colegios de Cuenca, claro, dice Vicente Reyes, alcalde de Chillarón. Mira, en el colegio ahora tenemos 30 alumnos pero en el pueblo, he contado a unos 80 chicos que viven aquí con sus padres.
El Colegio
El colegio, dependiente del CRA Elena Fortún de Villar de Olalla, viene siendo un quebradero de cabeza para el alcalde. Es que, ante la falta de espacio, nos hemos visto desbordados. Vamos a tener 30 alumnos y no caben. Ya tuvimos que habilitar el gimnasio como un aula y, por eso, los chicos tenían que hacer el recreo en el patio anejo, cerrado, que tiene el Ayuntamiento. Hemos conseguido una subvención a través de las ITIS (Inversiones Territoriales Integradas, con fondos europeos) con la que vamos a adecuar el edifico sobre todo en lo que a electricidad se refiere para que no haya problemas. El dinero ya lo tenemos así que vamos a ejecutar la obra que asciende a 7.000 euros de los que, el 20 por ciento, lo paga el Ayuntamiento. Una obra que consistirá en renovar toda la instalación, aclara el alcalde.
Recordemos que, en este sentido, para solucionar el problema del colegio para siempre, se aprobó en Pleno por unanimidad ceder un parcela, en la N 320, en el casco urbano, a la JCCM para el colegio. Está hablado y en su momento tendrán que decidir. Es competencia de la Junta.
El Silo
El Silo es, hoy por hoy, visión de futuro (https://www.liberaldecastilla.com/el-silo-de-chillaron-centro-de-tecnificacion-o-escuela-de-espeleologia-de-castilla-la-mancha/) en el que, el Ayuntamiento, ha realizado varias inversiones. El salón multiusos ya ha quedado terminado gracias a una subvención de Adesiman, con fondos europeo, una obra que ha durado tres años, en la que se han invertido 70.000 auros y que ya está finalizada. Se bajaron techos, se aisló acústicamente, se hizo el escenario, los servicios y, por fin hemos echado el piso y hemos pintado para que quede en perfectas condiciones para su destino: usos múltiples, dice Vicente Reyes. Vamos a retejar ahora la parte del Ayuntamiento, pintarlo e, igualmente, el edificio del V Centenario, el de las asociaciones (chicos, mujeres y mayores) que es competencia del Ayuntamiento. En total, unos 35 mil euros de inversión.
Obras
El Señorío del Pinar es una urbanización que, administrativamente, pertenece a los ayuntamientos de Fuentenava de Jábaga y de Chillarón. Un dolor de cabeza para Vicente Reyes. En el Señorío, vamos a reasfaltar algunas calles que entendemos que están más necesitadas. Pero tengo un problema allí, en el Señorío, porque haga lo que haga, nadie queda contento.
Cartas para acá, correos para allá. ¡Buf!. Por ejemplo el de los badenes o pasos elevados. He recibido un montón de peticiones para que los quite y, el otro día, una señora muy indignada pedía que pusiera más. Haga lo que haga nadie está contento. Es un problema agobiante. Vamos a pavimentar las calles que creemos más necesitadas. Todo no podemos asfaltarlo. Tenemos, para reasfaltar calles, 12.000 euros para el Señorio, 12.000 para Arcos de la Cantera y 24 mil para Chillarón que, por eso, tiene más vecinos. Invertimos proporcionalmente a eso, al número de vecinos. El camino de Chillaron a Jábaga es una realidad. Lo hemos estado trabajando los alcaldes y parece que se va a hacer. Está aprobado. A Chillarón le favorece, pero le favorece más a los de Jábaga porque, el médico, está aquí. Y el Señorío, para ir a Jábaga, le viene también bien porque, la mitad, está empadronada en Jábaga.
Prioridades
En estos seis años que llevo como alcalde, mi prioridad ha sido hacer obras, pero obras necesarias para el pueblo : una piscina, un centro médico del que me siento muy orgulloso… Lo ha hecho el pueblo y ahí está, precioso. Y la Casa de Mayores. Acercar los servicios a la gente porque, aquí, no había servicios. Yo iba por ahí y sentía envidia de lo que tenían en los pueblos. Me volqué en eso. Abandoné las calles, sí, porque no se podía hacer todo y menos con la crisis. Por eso me dediqué a crear servicios que ahí están, concluye Vicente Reyes, alcalde de Chillarón.
El pueblo está en estado calamitoso. El punto limpio es una montaña de basura. Solo se gasta dinero para nada en el silo. Las calles son tercermundistas. Nunca se va a asfaltar el camino a Jábaga con estos alcaldes.