Cuando hace 68 años llegó al mundo Vicente Reyes, actual alcalde de Chillarón, el pueblo era un hervidero gracias al ferrocarril que le daba vida en la propia estación en donde se almacenaban los mimbres, sacos de abonos, mercancías varias, ganado etc al amparo de los 6 empleados que trabajaban en ella.
La carretera era otra cosa a pesar de tratarse de la nacional 320 excepto cuando venía el camión de Gaspar, el frutero de Priego que pasaban tan despacio que los mozalbetes de Cjhillarón se subían al camión y robaban fruta. Eso, los autobuses de Alsina que venían desde El Recuenco y los camiones de Vadillos que llegaban hasta aquí a cargar carbón. “Chillarón ha evolucionado muchísimo. No tanto como quisiéramos los que estamos aquí porque, ahora, el ferrocarril está muerto. No hacían falta esas medidas de cierre de oficinas para comprar billetes porque, el cierre, se produjo hace ya ni me acuerdo” dice Vicente Reyes, alcalde de Chillarón, en el despacho de la alcaldía localizado en la primera planta del edificio gris, enmarcado de blanco, que encontramos a mitad de este pueblo calle-carretera, con torre y reloj. “Es que la nacional 320 pasa por mitad del pueblo. Es una vía importante de comunicación porque nos lleva a Guadalajara y, un poco antes, a la altura de Sacedón, por la nacional 204, a la E90, a la autovía del nordeste” añade Vicente recalcando la importancia de esta vía y las consecuencias que tiene para el pueblo, sobre todo a la hora de sacar en procesión al Santísimo Cristo de la Luz, el patrón. “Se solicitó una variante hace ya algunos años y presentamos firmas. El 90 por ciento de la gente firmó pero, con la crisis, la ocurrencia fue el semáforo ese que limita la velocidad de entrada al pueblo a 50 kilómetros por hora, y los pasos de peatones”.
Hablar de la España vaciada en Chillarón es ir en dirección contraria porque, de 350 habitantes, Chillarón ha pasado a tener 622 “con el agravante de que somos un pueblo o ciudad dormitorio. La gente que viene a vivir aquí no se implica en el pueblo. Sale por la mañana, regresa por la noche y ni nos vemos. Espero que cuando se inaugure el nuevo colegio, pero ya el año que viene, en el 2021, la cosa cambie y la gente se integre. Llevamos años trabajando duro en ello, llamando a las puertas y, mientras tanto, haciendo las reformas que se pueden hacer para albergar a los alumnos que tenemos de la mejor forma posible. Reformas que pasan, y ya lo he dicho en otras ocasiones, por utilizar el gimnasio como aulario. Por eso ahora está bien, pero resulta pequeño. Muy pequeño. Es cierto que tenemos concedido por parte de la Junta el nuevo colegio que estará ubicado en los terrenos que, oportunamente, cedimos a la Junta, sí. Pero eso será realidad en el año 2021 porque, en este, recién comenzado, se iniciarán las obras. Ahora, en los presupuestos de este año, vienen 20.000 euros para seguir manteniendo lo que hay” dice el alcalde al tiempo que recuerda que, el colegio, dependiente del CRA Elena Fortún de Villar de Olalla, va dejando de ser el viejo quebradero de cabeza de hace pocos años porque, las cosas, van saliendo y los parches dieron resultado. “Han venido matrimonios jóvenes y era necesario hacer algo. Hoy son 35 los chicos que van al colegio y no vienen más porque no tenemos comedor y se los llevan a Cuenca”.
Referirse al Silo de Chillarón, es trasladarse a un proyecto y atravesarlo de parte a parte porque, en esto, en ese sueño, el alcalde Vicente Reyes ha puesto tanta fuerza e ilusión, que ha contagiado al más pintado en apenas dos años y medio desde que el club ARA, en colaboración con el Ayuntamiento de Chillarón, colocara en él el primer anclaje oficial de lo que llaman TPV: Técnicas de Progresión Vertical en Espeleología que, sin duda, nos lleva a lo que será en breve la realidad del Centro de Tecnificación o Escuela de Espeleología de Castilla La Mancha.
“Empezamos muy despacio y, ahora, es un proyecto que ilusiona porque, el Silo y lo que conlleva, va a suponer un antes y un después para Chillarón porque, sin estar en funcionamiento, no sabes la de gente que viene a preguntar y a interesarse por las obras y el momento de su inauguración. Es que es la vía ferrata urbana más grande de España y la segunda, creo, de Europa con 550 metros de recorrido y unos 30 metros de altura, adaptada a diferentes niveles de dificultad. Se ha invertido dinero pagado por la Junta de Comunidades y el Ayuntamiento de Chillarón mitad a mitad pero, lo gordo, que es en donde estamos, el presupuesto asciende a un total de 612.000 euros de los que 492.000 los ha puesto la Junta y los restantes, 120.000, la Diputación Provincial de Cuenca” aclara Vicente Reyes sin detallar otras partidas menores que, en estos dos años y medio, han sido destinados a amarrar el proyecto. “La obra actual consiste en acondicionar el interior del Silo para los usos a los que va a ser destinado. Se están construyendo aulas, servicios y un rocódromo para lo que han tenido que trabajar en 5 celdas. En esas torres interiores que servían para almacenar trigo con una altura de 35 metros. Vamos a tener rocódromo, espeleología y, por fuera, la vía ferrata. Un edificio con tres especialidades, con tres actividades y aulas para cursos homologados. Una obra que terminaremos en el próximo mes de Mayo y que, si Dios quiere, inauguraremos en el mes de Junio o Julio”.
Uno no sabe si el regalo por navidad fue el anuncio de la instalación de una ITV o, por el contrario, resultó una decepción porque, al final, esta instalación, que contará con 11 puestos de trabajo, se ubicará en terrenos de Chillarón, muy cerca de El Área. “Claro. La pena es que no va a estar en nuestro casco urbano. Como alcalde, me hubiera gustado que estuviera aquí, en algún lugar pegado a nuestro pueblo pero, qué se le va a hacer. Algo traerá de bueno. Si va a tener 11 puestos de trabajo, a ver si alguno de ellos es de Chillarón. Ojalá. Y luego hay otras cosas que influyen como licencias de obras que vienen muy bien para ayuntamientos como el nuestro” dice resignado, Vicente.
Lo más cercano en materia de obras, dentro de los Planes Provinciales, es la pavimentación de calles en el Señorío del Pinar prevista para la primavera: asfaltado y arreglo de aceras que coincidirá, más o menos, con el arreglo y asfaltado del camino que une a la urbanización con Chillarón aprovechando el momento de la mejora y asfaltado del camino a Jábaga. Una obra que tendrá un coste de 200.000 euros, en la que se actuará en 3,9 kilómetros y que tendrá su incidencia a la hora de llevar a cabo esos citados arreglos de la carretera al Señorío, incluyendo un carril peatonal para uso de las personas que, habitualmente, utilizan esa vía para caminar. “Hay más cosas que van con el día a día de un ayuntamiento cualquiera. En Arcos de la cantera, por ejemplo, además de mejorar el callejero, vamos a poner en valor el antiguo ayuntamiento para que las asociaciones culturales puedan utilizarlo como sede. Son cosas del día a día como arreglos del frontón, piscina y cosas de esas que te llevan a estar con tu gente en momentos buenos y malos. Buenos como los que se acercan con los Reyes Magos que llegarán en tren, visitarán el Centro de Mayores, el Belén de la iglesia y, por último, entregarán regalos en la placeta de la biblioteca, en la de siempre por estar de obras en el Silo”.