El fuego, que ha quemado 700 hectáreas en Guadalajara, entra en fase de vigilancia nocturna con una drástica reducción de medios. La operación total ha movilizado ya a 483 personas.
La dureza de las labores de extinción en el incendio de Peñalba de la Sierra se ha hecho patente en las últimas horas. Varios bomberos forestales de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) de Lubia (Soria), que trabajaban en la extinción, han tenido que ser retirados de la primera línea por una posible intoxicación por humo.

Según la información facilitada, uno de los efectivos tuvo que ser evaluado por los servicios sanitarios desplazados al Puesto de Mando Avanzado (PMA) como medida de precaución. Tras el incidente, se ha decidido retirar al resto de sus compañeros para que descansen, y se espera que regresen a su base en helicóptero próximamente.
A pesar de este percance, la evolución del incendio parece ser favorable. Coincidiendo con el ocaso, se ha producido una retirada masiva de medios, una señal de que el perímetro del fuego podría estar estabilizado. De los más de 200 efectivos que trabajaban durante el día, el operativo se ha reducido a un contingente de vigilancia nocturna compuesto por 3 medios terrestres y 16 personas. En estos momentos no hay medios aéreos ni de coordinación operando.
El fuego, que se mantiene en Nivel 1 y sigue oficialmente sin estar controlado, ha dejado una huella devastadora en la Sierra Norte de Guadalajara, con una superficie afectada que se mantiene en 700 hectáreas.
La magnitud de la emergencia queda reflejada en el despliegue total desde que se originó el fuego el pasado domingo. Han llegado a participar en la operación 109 medios y un total de 483 personas, convirtiéndolo en uno de los incendios más importantes de la temporada en la provincia. La causa sigue bajo investigación.

