El Incarlopsa Cuenca se va de La Rioja con las manos vacías (31-26) y buenas sensaciones en su partido de la octava jornada de la Liga Sacyr Asobal. Con una segunda mitad, con solo once goles, los locales fueron de menos a más para imposibilitar a los conquenses de igualarlos en la clasificación.
Un partido que, desde la previa, parecía muy igualado tuvo a los de Lidio Jiménez como principal interprete. Su buen hacer causó rentas como la vista en el ecuador de la primera parte de 3 goles (5-8). Esta carrera entre dos de los galgos más rápidos de la competición tuvo por delante a los conquenses.
Con el paso del tiempo ambos perros corrían respetando su distancia de 3-4 goles (inclusive de cinco con Bulzamini y su primera aportación goleadora). Durante la primera parte, fueron muy acertados los movimientos de los visitantes, quienes sabían cómo asaltar la pista riojana y pretendían hacerlo. Aunque, después de entonces, la historia fue distinta.
En la segunda parte y con el paso de los minutos, en la contienda aparecía cada vez más una franja roja en el pecho. Durante los primeros minutos después del paso por descanso, la distancia se mantuvo entre ambos equipos. No obstante, fue segundos antes del minuto 40 de partido cuando tomó cartas en el asunto el entrenador del Incarlopsa Cuenca. Un parcial 3-0 del equipo local marcó la igualdad en el electrónico y, fue por eso por lo que, Lidio Jiménez pidió su segundo tiempo muerto. El corredor conquense respondió sacando la cabeza, mediante los goles de Pozzer y Fede Pizarro.
Su respuesta llegó con el joven y experimentado Eduardo Cadarso. Con 22 años se echó al equipo a la espalda cuando más lo necesitaba. Devolvió la igualdad al partido con un gol desde los 7 metros, causado por una exclusión de Pozzer. En los dos minutos en los que los riojanos tenían superioridad en la pista se cambió el protagonismo, siendo ellos quienes sacaban la cabeza.
En ese momento, las directrices cambiaron a las vistas antes y se vio más claro con la exclusión de Nazaré. La exclusión del primera línea portugués evitó un gol cantado. No obstante, influyó en la forma en la que el Incarlopsa Cuenca afrontó la recta final del partido. Con la presión de jugar todo lo construido en una notable primera mitad, los conquenses pusieron toda la carne en el asador.
Con mucho que ganar y que perder y al igual que ocurrió ante el Sinfín de Xavi Castro, Leo Dutra fue el verdugo que amplió la renta de su equipo a tres a falta de 180 segundos. Aunque en ese tiempo muchos equipos hicieron hazañas más difíciles, esta no fue la ocasión por el golpe anímico que provocó.
Aparecieron en escena las prisas y errores no vistos hasta entonces. Es por ello por lo que, con un 3-1 de parcial final, el galgo que llegó primero a la meta tenía una franja roja en el pecho (31-26). De esta manera, ascienden a la tercera posición (con 10 puntos sin conocerse el resultado del AX Puente Genil), mientras los castellanomanchegos se quedan con las ganas de despegarse de Nava y Granollers (8 puntos).
Por Nahuel Briscek