Un podenco ibicenco es la única víctima mortal de la rehala que cayó por un precipicio en la finca El Hornillo, en Herreruela (Cáceres), mientras agarraban a un ciervo.
Así lo ha confirmado a la revista Jara y Sedal el propio rehalero, Rosado, quien asegura además que le han llegado a amenazar de muerte en las redes sociales por el incidente. «Me han llegado a decir que saben dónde vivo y que van a venir a matarme», nos cuenta Rosado, quien se muestra triste ya que era él el primer interesado en que sus perros no sufrieran un accidente como el de este fin de semana en El Hornillo. «Escuché la ladra a uno seiscientos metros y corrí todo lo que pude entre el monte hasta que llegué a su altura. Estaba muy cansado e intenté rematar al ciervo que habían cogido los perros lo más rápido posible aunque en ese momento no era consciente del barranco que había detrás».
ras la caída del ciervo y ver que algunos perros también se habían despeñado, el rehalero intentó saltar para salvarlos. «El montero que había enfrente comenzó a gritarme y decirme que me iba a matar si saltaba por ahí. Habían unos 25 metros». Finalmente se lanzó por una parte con menor altura: «bajé por sitios muy difíciles, aún no sé ni cómo llegué. Podría haberme matado yo también». Cuando descendió «unos 8 o 10 metros», llegó hasta el lugar donde encontró a Faroles, un podenco ibicenco que murió y a Ligero, un dogo argentino, malherido. «El resto de animales salieron ilesos. Es mentira eso de que hayan muerto doce, como han publicado en la televisión», asegura.
Recordar, además, que la Real Federación Española de Caza (RFEC) y las Federaciones Autonómicas de Caza (FFAA) ya mostraron su consternación por el accidente.