El Sindicato de Enfermería, SATSE, en Castilla-La Mancha ha iniciado la distribución del ‘Manual de la enfermera escolar’ a la comunidad educativa de Castilla-La Mancha con la entrega de la publicación al Sindicato Independiente de la Enseñanza Pública, ANPE, y a la Confederación Regional de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Castilla-La Mancha, Confapa.
El citado manual, editado por SATSE y la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden), recoge los fundamentos y principios en la atención a las necesidades básicas de salud del escolar, la familia y la comunidad, definiendo la esencia de la enfermería escolar y delimitando su marco propio de actuación.
A lo largo de los 15 capítulos que lo integran y sus más de 800 páginas se aborda la salud escolar desde el enfoque específico de los cuidados de enfermería estableciendo al escolar y su salud como centro de la atención y constituye un soporte práctico para el profesional en el ejercicio de su labor diaria.
El secretario general de SATSE Castilla-La Mancha, Juan Francisco Ruiz, ha hecho entrega del manual al presidente de ANPE Castilla-La Mancha, Ramón Izquierdo, y a la secretaria general de la Confapa de Castilla-La Mancha, María Sánchez, durante un encuentro en el que las tres organizaciones han coincidido en la urgente necesidad de la implantación de la figura de la enfermera escolar en todos los centros educativos de Castilla-La Mancha.
SATSE tiene previsto distribuir más de 200 ejemplares entre la comunidad educativa, asociaciones de pacientes, además de a enfermeras y enfermeros cuya labor está centrada en los centros escolares de Castilla-La Mancha.
Con la distribución de esta publicación SATSE y ANPE, que integran la Plataforma Estatal de Enfermera Escolar, pretenden sensibilizar a la comunidad educativa acerca de lo relevante y esencial que es la enfermera escolar para los niños, niñas y jóvenes durante el tiempo que cada día permanecen escolarizados.
Además de la labor asistencial y de prevención y promoción de hábitos de vida saludable entre el alumnado, la enfermera escolar libera al profesorado de la imposición de proporcionar una atención sanitaria para la cual no está formado ni tiene competencias, y favorece en gran medida la conciliación de la vida laboral y familiar, evitando el absentismo laboral de los padres y madres que se ven obligados a acudir al centro para atender a sus hijos e hijas, así como el absentismo de los niños, niñas y jóvenes.
La labor informativa y formativa que puede desarrollar la enfermera escolar en materia de prevención y promoción de hábitos de vida saludables complementa en positivo la formación impartida por el profesorado en los centros, y evita enfermedades futuras y los costes que para el sistema sanitario suponen.
