Pentecostés
Pentecostés es hablar de romerías que dejan mojado el ambiente por tantas emociones a las que les ha dado rienda suelta. Emociones mezcladas con lágrimas y bañadas con lluvias y pedriscos inoportunos porque hacen daño. La de Alarcos, aunque recuerde vagamente a otras del sur, tiene usía. Ayer se trasladaba a la Virgen desde la Parroquia de San Pedro Apóstol hasta la Ermita de Santa María de Alarcos en donde hubo ofenda floral y música a cargo de coros y danzas. Esta mañana se ha celebrado el Rosario de la Aurora, la Solemne Función Religiosa y la Procesión alrededor de la Ermita. Pero la lluvia de fervores continuó en el santuario de la Virgen de la Hoz, en Molina de Aragón, del que hablaremos a finales de Junio, en Mota del Cuervo (Cuenca) con la Romería del Sapo y, como no, en Atienza en donde José Ángel Sanjuán me dice que de dos a dos y media de la tarde, cayó una lluvia de granizos que más que eso, parecían cubitos de hielo en la ermita de la Virgen de la Estrella.
La Virgen de Rus vuelve a casa

A las ocho y media de la tarde de ayer, la gente de San Clemente empezó a hacerse a la idea de que los cuarenta días transcurridos desde la venida de Rus, han pasado como un suspiro y huele a despedida. Primero en esa misa, la de ayer tarde, en la que se cantó la última Salve en la iglesia parroquial en la que no cabía ni un alma, como nos dice Julián Martínez Esteso, presidente de la Hermandad de la Virgen: la última Salve, sí, la de la despedida. Fue muy especial y emotiva aunque las ultimas nueve –la novena- también lo han sido porque participan barrios, colectivos, los portadores…, ha sido la despedida con una Misa concelebrada en la que ha intervenido la Banda de Música de San Clemente que volvió a interpretar el Himno a la Virgen y, luego, la Salve. Es un poco más emotiva por ser la última Salve, me dice Julián, al tiempo que él, y los demás, ponía en hora el despertador del adiós porque, a las cinco y media de esta mañana, , hubo cita otra vez en la parroquial de Santiago Apóstol en donde se ofició la misa de despedida de la misma manera que, hace cuarenta días, se le daba a la de los Remedios.

Es todo igual, pero al revés. Comenzamos media hora antes, a las cinco y media, para iniciar la salida en torno a la seis de la mañana y estar en El Santo a las ocho menos veinte, más o menos, después de las paradas en las Clarisas y en las Carmelitas. Es prácticamente igual, dice Julián Martínez, porque sobre las nueve y cuarto llegamos a Rus que hemos tenido que limpiar después de la que cayó ayer tarde en que el pedrisco hizo bastante destrozo. Estaba todo tan bonito, tan aseado, tan preparado para la llegada de la Virgen hasta que el fenómeno arrasó lo que quiso, explica Julián que estuvo ayer tarde comprobando, in situ, la virulencia de la tormenta.
La de Rus vuelve a su casa y la de los Remedios regresa al pueblo sobre la una y media de la tarde aunque, al convento de Carmelitas lo hará alrededor de las tres de la tarde. Como siempre, aclara Julián, tendremos la procesión solemne a partir de las nueve de la noche, lenta, majestuosa hasta la llegada a la iglesia que calculamos será sobre las once y media de la noche con el canto de la Salve. Y ya, a esperar otro año.
Audio de 1986
Audio de 1986
