No nos vamos a ir por las ramas. Sí, Jesucristo García volvió a sonar en Cuenca de la mano de Robe y sí, se echó en falta algo más de ese rock transgresivo que enamoró por primera vez a los conquenses en 1996 en la Plaza de Toros. Mucho ha llovido desde entonces. Extremoduro ya no existe pero su alma y voz cantante sí. Y a eso nos agarramos.
Unos 3000 conquenses se dieron cita este sábado en el campo de fútbol de La Fuensanta (a ver cómo está para el próximo partido que juegue la Balompédica) en el último concierto de las Ferias y Fiestas de San Julián y desde luego no defraudó.
El concierto contó con varias de las canciones que Robe ha elaborado en solitario como Por ser un pervertidos (del disco Lo que aletea en nuestras cabezas, de 2015) o La canción más triste (de su disco Destrozares), pero cuando el público realmente se volvió loco fue cuando el cantante extremeño recurrió a temas ya clásicos del rock español como No me calientes que me hundo, Puta, Ama, ama y ensancha el alma y, por supuesto, Jesucristo García.