Raíces. La vida en Cantalojas, Tejera Negra y Galve de Sorbe hace 39 años.
Programa de RNE “Mi Tierra, mi Gente”.
Hace 39 años, cuando no había normativas ni se habían bautizado nuestras áreas geográficas de montaña invitando, incluso, a hacer acampadas, Antonio, el guarda forestal de Cantalojas, nos acercó, con su Land Rover, al hayedo más meridional de Europa pasando, por el Alto de la Buitrera, para descender al barranco de Tejera Negra con recuerdos para Rodríguez de la Fuente que, en Los Peñones, grabó la famosa escena en la que, un águila, se llevaba volando a un pequeño corzo dejándole caer, posteriormente, al abismo.
Aquí, en Cantalojas, Julián pensaba llevar a la práctica lo que habían hecho en Planes porque, las chicas, las jóvenes, habían desaparecido y, los mozos, se quedaban aquí cuidando del ganado; de las ovejas y de las vacas de raza avileña. Los matrimonios eran escasos, los nacimientos inexistentes y, las defunciones, cuesta abajo y sin freno.
En Galve de Sorbe, Victorino es el alcalde, el tendero, el camarero y el reparador de electrodomésticos en este lugar en el que, en el año 1986, consiguió que, de dos, se llegara a los 9 teléfonos invirtiendo el Ayuntamiento, en ello, 4 millones de pesetas.
Las danzas se habían perdido como me confirmó, el tío Cele, que estaba tomando el sol a las tres de la tarde de una vejez que, cómo no, recordaba bailes de guitarra y laúd en el que, los mozos, tenían que pagar 10 o 15 céntimos por si se rompía alguna cuerda. Aun así, abrió la memoria y cantó algunas coplillas de las danzas de paloteo comenzando con las d la Virgen:
“Admirable Sacramento de los cielos, Dulce Prenda,
pues siempre sea alabado de los cielos en la tierra.
La Purísima Concepción, María de Gracia llena,
sin pedida, sin pecado por siempre alabada sea .
Señor mío Jesucristo Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor en la tierra y en los cielos.
En el nombre de Dios Amén, y nosotros dos también,
besando en la tierra que nos lleve usté a gozar
de Dios a la gloria eterna”.

