Qué hacer o a dónde ir en Febrerillo el loco
Redacción
Enrique Buendía
El listado de lugares, a los que visitar, se hace largo porque no solo son los que están marcados en el mapa con el círculo rojo si no que, según la festividad, se propaga por toda la geografía conquense.
La Candelaria, además de en Almonacid del Marquesado, se celebra en Zarza de Tajo, La Almarcha, Villaverde y Pasaconsol, Las Mesas, Villanueva de Guadamejud, Cervera del Llano, Ledaña, Pajares, San Lorenzo de la Parrilla, Las Majadas, Torralba, Villar de Olalla y Altarejos.
San Blas, nuevamente tiene cita en Almonacid del Marquesao pero, además, lo festejan, y de qué forma, en Villanueva de Guadamejud, Tribaldos, Saelices, Villamayor de Santiago, Albalate de las Nogueras, Cañaveruelas, Castejón y en La Peraleja.
Santa Águeda centra el interés de Pinarejo.
Para el día 11, la segunda semana de febrero, Los Quintos se hacen los amos de Villalpardo.
Jueves Lardero sigue siendo tradicional en todos nuestros pueblos aunque, de todos ellos, destaquemos Iniesta, Buendía o Cuenca capital.
Los Carnavales comienzan el jueves 16 de febrero y finalizan el día 22, Miércoles de Ceniza. Son especiales los de Motilla del Palancar, Quintanar del Rey, San Clemente, Tarancón…
Cofradías de Ánimas, tan ligadas al Carnaval, sobran especial importancia en Gascueña, Villarejo Peristeban, Zafra de Záncara y su “Ánima sola”, Rada de Haro, Las Pedroñeras, Albaladejo del Cuende y los “Ramreros”, El Pedernoso, Cardenete, Carboneras de Guadazaón, La Almarcha o Cuevas de Velasco.
LA CANDELARIA
En Zarza de Tajo, los Mayordomos protagonizan la fiesta recayendo en ellos el peso organizativo de las mismas porque, parte de sus cometidos incluye hacer la torta para la Virgen, recoger el ramo y disponer la procesión de La Candelaria por calles y plazas de la localidad. Uno de ellos, Juan García, nos lo explicaba así: para nosotros todo empezó hace tres años cuando leyeron nuestro nombre en la misa vespertina en honor de la Virgen de las Candelas. Recuerdo la voz del sacerdote como si estuviese ocurriendo hoy, me dice mientras noto la emoción en sus ojos camino de una habitación, llena ya de diferentes porciones de la torta realizada días atrás, de modo artesanal, por ellos y sus familias. Hay trozos pequeños, unos colocados en bandejas para ser degustados y otros más grandes con forma cúbica metidos en cajas para ser vendidos: nuestra labor comienza cada año con la venta de lotería de Navidad, luego sigue el contacto con las empresas colaboradoras que desean anunciarse en el programa de festejos y ya, todo viene rodado pero seguro que la actividad más deseada aunque sea la que necesite más trabajo, es la más tradicional y la que da fe del carácter del pueblo y de su devoción a la Virgen y me estoy refiriendo a la elaboración de la torta de la Candelaria. Un proceso que comenzó la semana pasada. Llevamos a la panadería de Valentín más de cincuenta docenas de huevos, por dar una cifra, y aguardiente en cantidad y, él, tuvo a bien el regalarnos la harina que necesitábamos más o menos 350 kilos. Lo puso a mover en la batidora, se hizo la masa, la cortamos en cuadradillos pequeños a los que llamamos fideos y, cuando todo está dispuesto y el aceite hirviendo, vamos friéndolos hasta que no queda uno. Salen sobre unos cuatrocientos kilos que quedan terminados en un par de días. Ese es el trabajo más peligroso por aquello de estar siempre cerca del fuego y del aceite caliente. A continuación, se prepara la miel en su punto de calor, la Cocha que decimos nosotros para ir añadiendo posteriormente los trocitos fritos y conseguir la cuaja ideal: 20 kg de miel por 27 o 28 kg de fideos que llevamos a unos cajones rectangulares en donde se aplastan para que, en el interior, no queden huecos.
Vídeo de Pablo Ricote
SAN BLAS
ALMONACID DEL MARQUESADO
Vídeo histórico. NODO. El Año del Pueblo. Julio Caro Baroja y Pío Caro
Las fiestas dedicadas a San Blas, se viven con intensidad en Santa Cruz de Moya en donde, los Cargos, harán gala de lo que representan en estas fiestas.
Voy a la iglesia parroquial, un espacio pequeño, con dos naves, destacando en una de ellas la capilla con la imagen de San Blas rebosante de panes. Son los rollos de la Caridad, me dicen.
En el primer banco de la iglesia me fijo en la presencia de tres personas que llevan unos distintivos que indican su importancia en el desarrollo de la fiesta. Son los cargos que se identifican por su modo de vestir y los objetos que llevan que bien pudieran ser un recuerdo de aquellos que eran usados, en siglos pasados, por los soldados que hacían guardia en el castillo vigilando la frontera castellana del Turia. Cargos o mayordomos, hombres o mujeres que son los organizadores de la fiesta: un capitán que lleva un sombrero y, como banda, un mantón de Manila cruzado por el pecho como distintivo ostentando la representación de sus compañeros. A su lado está el portador del chuzo o alabarda vestido de forma tradicional, cubierta su cabeza con un sombrero con el que hará las reverencias, frente al capitán, cuando vaya a hacer su exhibición y, en el otro lado, contemplo la figura del tercer cargo: el que lleva la bandera, la enseña representativa del pueblo que será el encargado de correrla en la plaza. Falta una cuarta persona que luego la vería en la procesión: el paje, un niño, acompañando al capitán, vestido como él, y que en vez de un sombrero lleva un pañuelo colocado a la cabeza.
La procesión se ha puesto en marcha en dirección a la Plaza Mayor donde se ha colocado la imagen de San Blas y donde tendrán lugar las “relaciones”: versos, dándole gracias por los favores recibidos en el año.
Los mayordomos han empezado a exhibir los objetos que les son representativos, el ritual que comporta que, antes de empezar su demostración, cada cargo salude a su capitán y a la imagen de San Blas con una reverencia. El capitán le devuelve el gesto, inclinando la cabeza y quitándose el sombrero, como si concediera el oportuno permiso para empezar el movimiento de la bandera por encima de su cabeza con destreza y vigor. Con el mismo ritual ha procedido el cargo portador del chuzo, la alabarda, que ha ido volteándola en el aire con gran habilidad entre los aplausos de los presentes y la alegría de familiares.
Finalizado el acto, en la plaza, la procesión con San Blas ha seguido su recorrido hasta la iglesia. Todo en unas fiestas que, antes, terminaban con el día conocido como de los toros que, en la actualidad, se ha perdido y que consistía en que un hombre, disfrazado de toro y con unos cuernos, se dedicaba a perseguir a las mujeres en la plaza y simulaba una especie de corrida en la que no faltaban personas montadas en burros y vestidos de picadores
SANTA ÁGUEDA
Al pasar por la plaza Mayor de Pinarejo, todavía se observan restos de la hoguera encendida, la víspera, después de acabar la salve de acción de gracias a la patrona al lado de la cual, sólo se pudo disfrutar del fuego purificador y del calor de la leña quemada, con sus ascuas, donde se asaron diferentes viandas.
A la puerta del templo parroquial me encuentro con Olegario quien me cuenta que, las gentes de Pinarejo, años atrás, tenían por costumbre hacer para estas fechas unos rollos anisados a los que daban el nombre de caridad para, así, obsequiar a familiares y amigos.
Ya en el interior de la iglesia, los fieles han cantado el himno del que se recoge estas estrofas:
viva Santa Águeda, nuestra Patrona,
que en Pinarejo tiene su altar y reina,
siempre triunfante Cristo, en nuestro pueblo noble y leal
inmediatamente, sus devotos han iniciado la procesión: hoy nos ocupamos de llevarla los que pertenecemos a la Hermandad me dicen. Solo falta la cita a las personas enfermas e impedidas y, por eso, en algunas puertas de las casas es detenida la imagen de Santa Águeda, un instante apenas pero suficiente y, otra vez, adelante nuevamente, también, hay parada en los cruces de las calles para que la imagen patronal pueda mirar hasta el final de las mismas
Vídeo de Antonio María Doménech
Los Quintos en Villalpardo
Cada año, los quintos y quintas de Villalpardo siguen celebrando la entrega del gorro y el día del pollo en la segunda semana de febrero. La desaparición del servicio militar obligatorio, la mili, no ha acabado en esta localidad con esta costumbre festiva que se viene haciendo cada año desde tiempo inmemorial. Ya nosotros, y nuestros abuelos, lo hacíamos así aunque ahora los quintos son algo más tranquilos me responden los mayores en este año que serán 14 los jóvenes, de ambos sexos, que cumplirán los 19 años el segundo sábado de febrero.
Estos días había cierta preocupación en ellas por lo que pudiera ocurrir, en la noche de vísperas, a los nuevos, ya que me entero que después de la entrega del gorro cada mozo tiene la costumbre de quemar 70 a 90 docenas de carretillas de petardos en una actividad nocturna que se inician en clave gastronómica ya que, los quintos salientes, invitan a cenar a los entrantes en una cena de mucho jolgorio en la que no faltan algunas novatadas hacia los nuevos como la de pintarles la cara.
Al acabar, y bien protegidos los cuerpos con vestimentas adecuadas, se fueron todos a la Plaza Mayor para el comienzo de la ruidosa despedida a los salientes. Primero hubo un castillo de fuegos artificiales concluyendo con la entrega del gorro a los novatos y, a partir de esos momentos, la plaza de Villalpardo comenzó a vestirse de ruido, luz y color y mucho humo. Todo ello al compás de las carretillas de petardos quemadas y del griterío de los presentes dando, así, inicio a una noche atronadora a la que a golpe de tracas y sonidos de caracola y almirez, las quintas y quintos y sus acompañantes iniciaron las vueltas al pueblo, actividad que duraría hasta el amanecer mientras las madres limpiaban los restos de las carretillas en la Plaza Mayor e, inmediatamente, se iban a preparar el desayuno y, después, la paella en el día del pollo dedicado por los quintos a pedir dinero para su gasto por las casas y calles de la localidad. Durante el año, estos quintos deberán poner la Enramá, a la puerta de la iglesia, el Domingo de Resurrección, así como cantar el mayo a la Virgen y a las mozas del pueblo y ser los majos y majas en las fiestas patronales de San Pedro.
JUEVES LARDEO
En Minglanilla, ese día la gente del pueblo va al mercado a comprar alimentos para comer o merendar. Andando, o en cualquier vehículo, se desplazan a algunos campos cercanos o a la ermita de Santa Bárbara. Los niños y niñas del pueblo se juntan por edades para comer tortas con chorizo y bacon y unas gominolas.
Alconchel de la Estrella invita a que salgan al campo para disfrutar de una jornada de alegres diversiones siendo típico llevar y comer el tradicional hornazo y las hojuelas.
En Salvacañete los jóvenes pasan el día en el campo, en un lugar junto al río, comiendo fritos de cerdo, chorizos etc
El día inicial del Carnaval, en Iniesta, es el Jueves Lardero en el que los vecinos van en pequeños grupos al campo a comer y disfrutar. No faltan en sus mochilas los típicos hornazos: tortas hechas con masa de pan y aceite, complementadas con huevo cocido y un chorizo. El sábado, es el día principal con un gran desfile de carrozas en el que participan cerca de dos mil personas para terminar en el parque Ruiz Díaz donde, el Ayuntamiento, invita a una merienda.
Buendía comienza la actividad en el Jueves Lardero donde, niños y mayores, salen a comer al campo las tortillas de patata acompañadas de chorizos caseros y pan. El día principal del carnaval es el martes en el que, todo el pueblo, se llena de mascaritas como son conocidas allí las personas que se disfraza y participan en un original desfile y, luego se merienda a base de chocolate con tortas. En el Miércoles de Ceniza, una vez que la sardina es llevada en procesión por las calles del pueblo, se quema y, otra vez, los asistentes disponen de bocadillos, sardinas y refrescos que permiten que el final sea por lo menos más feliz
CARNAVALES
Ocio y Carnavales 2013
DOMINGO DE PIÑATA
El 26 de Febrero es Domingo de Piñata, el primer domingo después del Miércoles de Ceniza.
El Domingo de Piñata, en Tarancón, se recuperó para su disfrute en 1981 y se ha convertido en la actualidad en uno de los acontecimientos más vistosos del Carnaval de la provincia, sobre todo por la gran participación y calidad de quienes desfilan.
Gabriel Fernández, pregonero del Carnaval de ese año, me había hablado de la excelencia y cantidad de comparsas y participantes. Me contaría como, en su pregón, quiso recordar su vivencias de años atrás cuando los disfraces de los grupos (ahora muchos se diseñan sobre catálogo y se compran hechos) nos los hacíamos nosotros estándo más de un mes preparándolos lo que originaba un ambiente de amistad grande entre quienes formábamos esos grupos. Muy cerca de donde nos encontramos estaba el jurado calificador de los premios que iba a otorgar la organización y, por allí , pudimos ver pasar más de sesenta comparsas, algo así como más de dos mil personas disfrazadas.
Vídeo realizado por Soy de Tarancón
ANIMAS
Diablo y animeros Carboneras de Guadazaón
Virgilio, desde el interior del templo ha salido a mi llamada y, con un corro de niños llegados a la placeta de la iglesia, me pone en antecedentes de lo que va a ocurrir. Hay misa pero no va a entrar nadie si no pagan una cantidad o, si antes, Juan José, el sacerdote, no mata con su cruz al diablo que va vestido con un traje de retales hecho de tiras de colores llevando en sus manos una porra y una castañuela grande. Tapa su cabeza con una máscara estrambótica y, a su lado, van dos animeros con una manta de pastores colgada en el hombro para recoger el dinero y otros productos que los vecinos van entregando.
El diablo, en la plaza, no para tocando a todos en la cabeza o la espalda o en los hombros con la castañuela o la porra solicitando dinero mientras unos sonidos, procedentes de una caja de percusión y una campanilla, se escuchan más tarde. Es el resto del grupo cuyos componentes portan unos palos muy decorados, símbolo de su pertenencia la Cofradía de Ánimas.
Minutos antes de la misa se ha hecho un gran corro en la plaza a la que ha llegado el párroco portando, en sus manos, una cruz cubierta de un lienzo blanco. Se ha dirigido al encuentro del diablo -que sigue obstinado en no dejar entrar a nadie al templo si no le pagan una cantidad de dinero- y al quitar el paño que recubre la cruz, se produce la caída del diablo facilitando, así, la entrada de los files en el interior de la iglesia.
En estos tres días que van desde el jueves hasta el domingo, todo le es permitido. Puede gastar las bromas que desee, perseguir a las mozas, bailar con ellas, meterse dentro de las casas, subir por los balcones, cenar en cualquier casa, pedir dinero por pasar a un bar etc. Dicen los mayores que algunos diablos han sido excepcionales en su papel, siempre de broma y buen humor, y que otros se lo han tomado tan a pecho que era necesario esconderse para no encontrarlos por la calle. Por ello, y para evitar abusos, existen en la cofradía las figuras del alcalde y mayordomo, personas mayores conocedoras de la tradición que están pendientes de que los ímpetus del diablo sean comedidos aunque hay también un pregonero, el alguacil, un capitán, alférez, tambor , sargento, un campanillero y quizás me deje algunos sin nombrar. La forma de pedir del grupo es así: ¡Ánimas benditas!, dicen delante de cada puerta golpeando con sus garrotas tres veces. Al recibir la limosna se despiden diciendo ¡las ánimas benditas se lo pagarán!.