El ángel, dirigiéndose a las mujeres les dijo: ya no está aquí porque ha resucitado.
Nuestro Señor Jesucristo Resucitado salió desde el interior de San Andrés y descendió, hasta la parte baja de la ciudad de Cuenca, en busca de su Madre, María Santísima del Amparo que, río Huécar, abajo, escondía su pena bajo un manto negro que, en el Encuentro, fue verde entre aplausos e Himno Nacional.
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