El PP da la bienvenida al Grupo Municipal Socialista a la transparencia y a la participación ciudadana que el actual Equipo de Gobierno pone en práctica desde el principio de la legislatura.
Buena muestra de ello ha sido la búsqueda del mayor consenso posible en temas de tanta trascendencia para la ciudadanía como el Reglamento Orgánico Municipal (ROM), la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (DUSI), el XX Aniversario, la Solicitud del Fondo de Ordenación, Ordenanzas Fiscales, la recuperación de la gestión del agua, o el Plan de Ordenación Municipal (POM), por citar unos ejemplos.
Una forma de gobernar, con transparencia y participación, de la que han adolecido gravemente los socialistas en los períodos en los que han ejercido la acción de gobierno en el Ayuntamiento de Cuenca, especialmente en el tema del estudio de proyectos alternativos al actual trazado de la línea de ferrocarril convencional a su paso por la ciudad de Cuenca.
Sin ir más lejos, señalan que el protocolo que al parecer firmó el anterior alcalde socialista con el Ministerio de Fomento en octubre de 2011 referente al traslado de las vías del tren convencional y a los terrenos de ADIF, se hizo de espaldas a la ciudadanía y al Pleno del Ayuntamiento de Cuenca, máximo órgano de representación de todos los conquenses.
Además, de este protocolo y del estudio del que tanto alarde hace el Grupo Socialista, no se ha encontrado texto alguno en el Ayuntamiento por más que se ha buscado. Lo que sí se sabe, por información que se ha recibido del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), es que esa “integración urbanística del ferrocarril en el municipio de Cuenca” que se pretendía, estaba absolutamente basada en las prisas e improvisación de la que nació.
Cualquiera que fuera el motivo, los populares manifiestan que lo que está claro es que ese protocolo “fantasma” de 2011 fue un total “disparate” cargado de improvisación y mero “postureo” político por incurrir en desatinos y porque tenía, como única referencia – a falta del desarrollo de estudios técnicos y económicos -, un estudio económico aportado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y fechado en 2008, que valoraba la intervención en 52,5 millones de euros. Cifra que se aleja bastante de los 81 millones de euros en los que ADIF valora el traslado de las vías y que pretendía financiar el gobierno municipal socialista a base de aprovechamientos urbanísticos.
Por todo ello, defiende el PP, ese protocolo que ahora esgrime la portavoz del PSOE como piedra angular de la solución a los terrenos de ADIF, aunque quedó en papel mojado, debería ser aportado por los socialistas en la primera reunión para que sirva como ejemplo de lo que no se debe hacer.
Muy al contrario, el actual Equipo de Gobierno municipal presidido por el alcalde Ángel Mariscal ha iniciado un verdadero camino en la búsqueda de una solución integral, definitiva y real a este asunto, para abordar la integración y la mejor funcionalidad de los terrenos de ADIF en el centro de la ciudad, acabando, de esta manera, con esa barrera física que viene impidiendo desde hace años la interrelación entre los barrios de Cuenca contando con todos los grupos políticos, los agentes sociales, económicos y la ciudadanía.
Y todo ello sin olvidar la necesidad perentoria de saber qué va a ocurrir con estos terrenos, ahora que se está realizando una revisión del Plan de Ordenación Municipal (POM) y del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), apostando por dejar de lado la improvisación en el ámbito urbanístico, donde toca ordenar y cualificar, y trabajar por una ciudad compacta, compleja y cohesionada en la que, desde luego, el destino de los terrenos de ADIF es un elemento clave para esta cohesión.
Aspecto éste en el que precisamente se ha iniciado este año la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de 1996, con el objeto de ordenar el funcionamiento presente y futuro de la ciudad, y en el que ya desde el inicio el Equipo de Gobierno ha ido con las cartas descubiertas, ofreciendo todas las explicaciones a los grupos de la oposición recabando el consenso.
Una forma de gobernar que ha caracterizado, desde el principio a este Equipo de Gobierno, y que ha apostado por la transparencia y la participación ciudadana, muy particularmente en cuanto al futuro de los terrenos de ADIF.