Desde hace año y medio, un grupo de personas realizan plantes semanales por la recuperación del tren regional Aranjuez-Cuenca-Valencia. Celebrarán sesenta y ocho el próximo martes y 13 de febrero del 2024 a las seis de la tarde frente a la Diputación, para recordar la complicidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en la clausura de la línea, con vistas a promover un pelotazo urbanístico en los terrenos públicos del ferrocarril.
La protesta de los martes manifiesta indignación, ante la demagogia del gobierno de la Junta, que colabora en la destrucción de la línea férrea después de haber afirmado que “el mantenimiento y mejora de la infraestructura y los servicios ferroviarios es indispensable para fijar población” (Estrategia Regional frente a la Despoblación, 2020).
El plante es un acto de rebeldía cívica en defensa de una línea férrea de gran valor patrimonial, cultural y económico (9.000 millones de euros). Una denuncia del plan contra Cuenca, porque lesiona derechos constitucionales, como la igualdad real y efectiva de los españoles en todo el territorio y el derecho a participar en los asuntos públicos.
La participación expresa solidaridad hacia los municipios que fueron ignorados por los gobiernos -central, autonómico y provincial-, y se ven afectados por el plan para destruir la línea de ferrocarril regional Aranjuez-Cuenca-Valencia.
Se protesta contra la deslealtad del gobierno de Castilla-La Mancha, que traicionando el interés regional colabora en el desmantelamiento del tren y quebranta principios constitucionales como la solidaridad entre regiones y territorios y la distribución equitativa de la renta regional y personal.
Es una reclamación ante los poderes públicos, que atentaron contra la dignidad y la igualdad de las personas cuando acordaron de manera arbitraria la clausura provisional del tren regional de media distancia, en vísperas de un decreto que ha permitido realizar en esos trenes millones de viajes gratuitos.
La ciudadanía participa para impedir la clausura del tren que promueven la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento y apoyan los medios de comunicación que viven de la adulación a los que mandan. Unos medios que reclaman el deber de informar y la libertad de información, pero esconden las noticias y las voces de Cuenca que puedan incomodar a García-Page.
En resumen, la protesta se inspira en la política europea de que el futuro del transporte de personas y mercancías está en el tren. Por este motivo, denuncia las políticas del gobierno de García-Page, que mediante una administración desleal en la provincia más desfavorecida, no invierte los fondos europeos de recuperación y resiliencia para la modernización de una línea de ferrocarril, que es esencial para fijar población y mantener viva la esperanza de desarrollo con el tren.
Por Fernando Casas Mínguez