Estival Cuenca echó el telón con un acto final cargado de jazz, swing, soul y funk. De la mano de los conquenses “The Heart Swingers” y la catalana Nora Norman, el festival conquense dijo adiós a su séptima edición tras más de diez días cargados de conciertos, exposiciones de fotografía, actuaciones de teatro inclusivo, talleres musicales y proyecciones cinematográficas. Un programa que ha dejado el listón muy alto en cuanto a la afluencia de público y, sobre todo, al nivel de los artistas que han pasado por los escenarios de la Plaza Mayor, la Terraza del Museo Paleontológico y el escenario principal “Solán de Cabras” del Parador de Cuenca.
Los conquenses The Heart Swingers fueron “el principio de un plácido fin”. La voz del cardiólogo Javier Viñas versionó grandes temas del jazz y swing acompañado de Andres Gabaldón al bajo, Rafa Pérez a la guitarra, la excentricidad de Pedro Miguel Valero en la batería y la magia de Manuel Murgui al teclado. Todo un deleite para el oído el tono grave y meloso del cantante entremezclado en unas melodías que funcionaban casi como una máquina del tiempo a los años 20.
Finalizada la primera parte de la velada, llegaba el turno para el neo soul de Nora Norman. La catalana está llamada a ser una portentosa estrella del género por su voz, sus letras y su complicidad con el espectador. Un directo potente que fue disfrutado por las más de 400 personas que se dieron cita en la Terraza del Museo Paleontológico. Todo un cóctel bien agitado pero no removido en el que entraban las canciones de su último álbum “Chaos”, su tema estrella “Fix it all again” e incluso una versión del grandioso Steve Wonder. Un repertorio que la catalana devoró haciendo suyo el escenario con una fuerza y energía dignas de una despedida por todo lo alto.
Estival Cuenca concluyó a la espera de volver con más fuerza en su próxima edición. Todo un reto después de las grandes sensaciones que ha dejado el festival este verano y que han sido posibles gracias a la colaboración de patrocinadores, colaboradores, instituciones y esfuerzo organizativo de aquellos que se esfuerzan por que la cultura a través de la música, el teatro, la gastronomía, el cine y la fotografía se valore y repercuta más en la imagen de Cuenca como una ciudad cargada de un turismo artístico, único y diferente.
