En la última década, las guerras han provocado la muerte de más de dos millones de menores y han dejado en situación de orfandad a un millón. Unos diez mil al año son víctima de las minas terrestres.
Más de trescientos mil –la mayoría con menos de diez años‐ sirven como soldados. La mayoría de las niñas en esa situación son sometidas, además, a diferentes formas de esclavitud sexual.
Uno de cada seis menores en el mundo trabaja. Se estima que 8,4 millones sufren el sometimiento a esclavitud, pornografía y prostitución.
Estos datos, proporcionados por el ACNUR, muestran claramente los motivos por los que tantas personas buscan en plena infancia un futuro fuera de sus casas y sus países. Representan un porcentaje desproporcionado y creciente de quienes buscan refugio: siendo un tercio de la población mundial, son casi la mitad de los más de 60 millones de personas desarraigadas (Desarraigados: Una crisis cada vez más grave para los niños refugiados y migrantes, informe presentado en septiembre por la UNICEF). Cada vez hay un mayor número de menores cruzando fronteras por cuenta propia, corriendo un gran riesgo de explotación y abuso. En 2015, más de 100.000 no acompañados solicitaron asilo en 78 países: el triple de la cantidad de 2014.
La guerra de Siria, y las trágicas imágenes de huida de su población, han obligado a muchas personas a abrir los ojos a esta realidad. Porque nadie puede quedar impasible cuando se ahogan, huyendo, criaturas de cuatro años (ya han muerto 400 después de Aylan). Porque nadie puede quedar impasible sabiendo que (según la oficina Europea de Policía Europol), al menos 10.000 menores en situación de personas refugiadas han desaparecido sin dejar rastro al llegar a Europa. Porque podrían ser las nuestras.
Mientras haya motivos para huir, las personas seguirán huyendo. Por eso, un grupo de habitantes de la provincia de Guadalajara conscientes de que lo harían si se vieran en las mismas circunstancias, pide al gobierno que se abran nuestras fronteras y se habiliten mecanismos para acoger a cuantas pueda dar cabida la solidaridad de nuestra provincia. Empezando, desde luego, por las más de 17.000 que, según los convenios europeos, le corresponde acoger a España, de las que se han recibido menos de 500.
Al igual que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), reclamamos al nuevo gobierno 5 medidas urgentes para defender los derechos y la vida de las persona refugiadas:
1. La retirada del apoyo de España al acuerdo entre la UE y Turquía, instando de forma inmediata a la suspensión de su aplicación y a su impugnación.
2. La acogida de forma inmediata de las personas refugiadas que se encuentran en Grecia e Italia, en cumplimiento de los acuerdos de reubicación adoptado por el Consejo Europeo.
3. La puesta en marcha de vías legales y seguras de acceso al procedimiento de asilo, habilitando la posibilidad de solicitar asilo en embajadas y consulados españoles; facilitando la emisión de visados humanitarios; cumpliendo con los compromisos adquiridos en materia de reasentamiento y aprobación de un programa ambicioso y permanente de reasentamiento; flexibilizando los requisitos de reagrupamiento familiar.
4. La eliminación de los obstáculos de acceso al derecho de asilo, poniendo fin a las devoluciones ilegales de personas migrantes y refugiadas en las fronteras de Ceuta y Melilla; suprimiendo la exigencia de visado de tránsito aeroportuario impuesto en 2011 a personas de nacionalidad Siria.
5. La aprobación urgente del Reglamento que desarrolle la Ley de Asilo, pendiente desde hace más de siete años, y la construcción de un Sistema Europeo Común de Asilo que garantice los derechos de las personas refugiadas.
Pero no sólo exigimos medidas al gobierno. Queremos vivir en una ciudad y una provincia de acogida, que abran sus puertas a quienes llegan aquí con la esperanza de encontrar protección y un futuro mejor. Por ello, reclamamos a nuestras autoridades locales y provinciales que no miren hacia otro lado y busquen urgentemente soluciones en la medida de sus posibilidades.
Finalmente, invitamos a Guadalajara a implicarse en iniciativas de apoyo a las personas inmigrantes y refugiadas, porque cualquier acción por pequeña que sea puede serles muy útil. En principio, les animamos a firmar este Manifiesto, que será enviado al gobierno y a las autoridades municipal, provincial y regional. Y les anunciamos que este grupo seguirá solicitando su respaldo para futuras acciones en favor de personas refugiadas e inmigrantes.
Con estas peticiones queremos conmemorar este año el 20 de noviembre, Día Universal del Niño. Porque no deberían morir más criaturas huyendo por el Mediterráneo. Porque no podemos admitir que 10.000 menores sigan desaparecidos y no se haga nada para encontrarlos. Porque también son nuestras.