Quer vivió una velada terrorífica. En sus prolegómenos, el pasado viernes, de la mano del Ayuntamiento, en torno a veinticinco personas participaron en el taller de calabazas que se había convocado en el modular de la calle Páez de Castro. Allí, el Ayuntamiento había preparado todos los útiles necesarios para que los seteros pudieran hacer, como fuera costumbre antaño, sus fantasiosos y divertidos diseños, que luego iban a decorar la Plaza Mayor.
Ayer por la tarde, los más pequeños, de entre tres y doce años, disfrutaron con la trabajadísima yincana que había preparado para ellos la Asociación de Mujeres de Quer. Participaron prácticamente cien niños, distribuidos en nueve grupos. Todos tenían que superar hasta seis pruebas, en diferentes lugares del pueblo. Antes que nada, cada grupo tenía que nombrar un capitán y organizarse para, como equipo, ser lo más eficaz posible en el desarrollo de la prueba y poder así triunfar al término de la actividad.
En la sede de la Asociación recibieron las instrucciones, con el recorrido que tenían que seguir y el material necesario para llevarlo a cabo. Su coordinadora fue Lorena Vidal, que les explicó con detalle a los participantes como conseguir el mayor número de puntos posibles y vencer, así, la yincana.
Lo primero era componer un puzle que les indicaba el orden correcto de las pruebas. Además, por el camino iban a encontrar ”minipuntos” en forma de tapones y diferentes iconos característicos de cada prueba. Además, antes de salir, tenían que meter la mano en una caja de la suerte, de forma voluntaria, que podía hacerles ganar o perder puntos a los equipos.
La primera prueba era la de la Biblioteca. Allí debían ordenar los pasajes de una lectura. En el Lavadero tenían que componer una frase, en la puerta del Ayuntamiento buscar y atarse en unos lazos, en la Iglesia adivinar acertijos, y en el Parque de Ermita de la Soledad, también ordenar frases.
En cada prueba, una voluntaria de la Asociación les daba las pertinentes instrucciones y sellaba el paso de los grupos. Para darles a todos las mismas oportunidades, las pruebas sumaban grado de dificultad en función de la edad de los participantes.
Al filo de las siete y media, los equipos comenzaban a rendir cuentas de sus puntos a Lorena, que los valoraba e iba sumando, de acuerdo con los méritos contraídos. El equipo ganador de los mayores, las ‘Quermibles’, se llevaron unos punteros para tablets. Entre los más pequeños, se impuso el equipo de ‘Los Chuquis’, que se llevaron unos prismáticos llenos de chucherías.
