La historia de Cervezas Alvar ha comenzado a escribirse y quién sabe si acabará por convertirse en leyenda. Como las gestas que protagonizaba el ilustre personaje que da nombre a la marca y está presente es todas sus etiquetas: Álvar Fáñez, conocido capitán del Cid Campeador. Al frente de este proyecto está Dionisio Cabeza, un alcarreño que ha renunciado a su profesión para perseguir su sueño: convertirse en maestro cervecero. “Hace cinco años comencé a elaborar mi propia cerveza en el garaje de casa, probando así una gran variedad de estilos que me han llevado a crear mis primeras recetas, adaptadas al gusto de los clientes”, explica.
Dionisio se ha formado en el Instituto Tecnológico de SIEBEL, en Chicago, uno de los pocos centros reconocidos internacionalmente, algo así como el Harvard de los maestros cerveceros. Y, tras pasar por la segunda edición del Coworking de la Escuela de Organización Industrial en Cabanillas del Campo, ha montado su propio proyecto de cervezas artesanas en esta misma localidad. Un currículum cervecero forjado por muchas horas dedicadas al aprendizaje de las distintas fases y procesos de la producción y a profundizar en el conocimiento de las últimas técnicas, herramientas, la química del agua, las materias primas… Tal y como él mismo reconoce: “Es complicado formarse en un sector en constante evolución y donde la formación oficial se encuentra en contadas Universidades o bien a través de los estudios en química”.
Tres variedades de cervezas: una India Pale Ale, una de Trigo Alemana y una Lager Californiana.
Su pasión por el oro líquido es tal que, según afirma, “la sociedad se divide en dos: están las personas que disfrutan bebiendo una buena cerveza y las que se lo pierden”. Sus referentes cerveceros son el americano John J. Palmer, el británico Bradley Smith, y el belga Wolfgang Kunze, además del gurú español de la cerveza, Boris de Mesones: “en ellos me he inspirado para elaborar mis tres primeros estilos de cerveza, esperando con ilusión el veredicto del cliente a estas propuestas, para añadir nuevas recetas del mundo a la lista de Cervezas Alvar”. La Siraku Munich Weissbier (Trigo Munich) “es una cerveza donde el trigo es el protagonista, que le da un color marfil y aspecto turbio, su ligero sabor dulce en boca ofrece al paladar una cerveza suave y agradable a los amantes de este histórico estilo”. La 1432 India Pale Ale extra de Lúpulo, según su creador “está destinada al paladar de los más aventureros”. Es una cerveza con el punto adecuado de amargor, pero de carácter moderado y afrutado. Por último, la Sandberg California Lager “es una cerveza que recoge los sabores originarios de las genuinas cervezas de la costa oeste de Estados Unidos”. Es una tostada suave y refrescante a la vez que inusual en el mundo de las artesanas. Estas tres variedades de cerveza ya están disponibles para el público en la web www.cervezasalvar.com, así como en el APAG y en diferentes bares de Guadalajara capital y de la provincia.
España, a la cabeza de microcervecerías en Europa.
El boom de la cerveza artesana se ha asentado en nuestro país favorecido por la demanda de productos de calidad, naturales y elaborados con procesos de producción artesanales. España es el sexto país de la UE con más microcervecerías, un crecimiento exponencial que se ha multiplicado por diez en los últimos nueve años, pasando de apenas 50 en 2010 a más de 500 en la actualidad, según datos del informe Beer Statics 2018 edition. A pesar de estas cifras, en España, la producción de las cervezas artesanas solo representa el 1% del total en España, siendo el otro 99% copado por las denominadas cervezas industriales. Pero, si comparamos con Estados Unidos, donde la producción de cerveza artesana representa el 31% del sector, parece lógico pensar que la tendencia en España seguirá siendo al alza. La industria cervecera artesanal no es una moda pasajera y tiene mucho espacio para nuevos productores.
