Un guerrero herido pisaba una de las arenas más complejas de la liga Asobal. Incarlopsa Cuenca se veía las caras a un renovado e invicto Ademar de León. Desde la previa, el equipo conquense contaba con un hándicap: la ausencia de Lidio Jiménez, su entrenador. Su lugar fue ocupado por Juan Doldán, segundo entrenador, quien se convirtió en el primer argentino en dirigir a un equipo en la máxima categoría de balonmano español.
La igualdad de la que se hablaba en la previa se demostró a lo largo del partido. Siempre que el equipo al mando de Manolo Cadenas atacaba recibía una replica de su rival. Natán Suárez se volvía a ver las caras con los que fueron sus compañeros y lo hacía demostrando el mismo balonmano que un día enamoró al Sargal. En una primera parte marcada por el contacto y, por ende, las exclusiones, el resultado no marcó más de tres de diferencia. En el ecuador de la primera parte, los de Castilla y León se vieron contra las cuerdas tras un parcial 1-4 a favor del equipo castellanomanchego. Sin embargo, como lo marcaba el guion, los dos estuvieron igualados como si de una ecuación se tratase.
Muchos fueron los nombres propios que caracterizaron el partido. El ya mencionado Natán Suárez junto a Tin Lucin y Dino Slavic tenían parte de culpa de cada intento para adelantarse. No obstante, la dupla brasileña, formada por Leo Dutra y Thiago Alves, hacían frente a las aspiraciones locales.
Con una almohada de un gol a su favor, el Incarlopsa Cuenca empezó la segunda parte. Esta vez eran los visitantes quienes golpeaban primero y recibían después. Cada parcial a su favor era contrarrestado por los leones quienes se veían cada vez más afectados. Las respuestas del Ademar empezaron a fallar y la diferencia fue en aumento, llegando a una diferencia de tres positiva para los entrenados por Doldán.
A esta altura del partido, quienes apostaron todo fueron los locales. Con una defensa muy adelantada los espacios aumentaban. Consecuentemente, los de rojo se vieron con varias oportunidades que terminaban con el balón en el fondo de la red. De esta forma, Cuenca salía por primera vez como vencedor en su decimocuarta visita al Palacio municipal de deportes de León, con un Leo Maciel superando el 40% de paradas.