Las arandelas son uno de los elementos más utilizados al momento de fijar piezas en una estructura, por lo que tenerlas en la caja de herramientas será necesario al momento de hacer una reparación o cualquier trabajo de bricolaje. En este artículo hablaremos de los tipos de arandelas, los usos más comunes y sus principales características, de esta manera podrás adquirir aquellas que puedan ser útiles para cualquier ocasión.
Tipos de arandelas
Las arandelas son las piezas en forma de disco con un agujero en el centro que se utilizan para realizar uniones de forma segura y resistente. Estas piezas se pueden encontrar en diferentes tamaños y de diferentes tipos, lo que permite aumentar su eficacia y adaptabilidad a los tornillos o tuercas con las que se utilicen. La clasificación más popular, basada en la función de cada una, podría ser la siguiente: arandela plana, arandela de presion y arandela dentada.
Dentro de estos tres grandes grupos se pueden encontrar distintos tamaños y materiales en los que puede variar el diámetro y el grosor para que la arandela pueda soportar la carga que ejerce el tornillo o la tuerca que se introduzca. Estas piezas se pueden encontrar en material de plástico o metal, la elección más adecuada dependerá del tipo de tornillo o tuerca que se coloque, ya que el objetivo será garantizar que la unión de las piezas quede fija y estable.
Usos más comunes
El uso de las arandelas es más común de lo pensamos. Estas piezas se pueden encontrar en los muebles de la casa, juguetes, electrodomésticos, en definitiva, prácticamente en cualquier unión en la que se utilice un tornillo o una tuerca para fijar las partes. Aunque parezca un elemento sencillo del que se puede prescindir, su función es importante para lograr que las piezas se mantengan unidas de forma efectiva.
Esta pieza se coloca entre la superficie y el tornillo o la tuerca por diferentes motivos, tales como: repartir la fuerza que se ejerce sobre la superficie, reforzar la unión entre las piezas, proteger la superficie en la que se coloca el tornillo o la tuerca, evitar la pérdida de tensión en el apriete e, incluso, facilitar el atornillado en perforaciones que son más grandes que el tornillo. Como podemos ver, la arandela es una pieza que parece poco importante, pero que en realidad, es clave para realizar cualquier reparación o trabajo de bricolaje en el que se necesiten hacer uniones.
Características que se deben tener en cuenta
Las principales características que debes tener en cuenta al momento de elegir la arandela apropiada para el trabajo que vayas a realizar serán: su espesor, el diámetro del anillo interno y el tipo de arandela. En este sentido, el diámetro y el espesor dependerá del tornillo o la tuerca que se utilice, mientras que el tipo de arandela se elegirá en base a cuál sea la función principal que necesitaremos obtener en el trabajo que estemos realizando.
A continuación, hablaremos de las características relevantes de los tres tipos de arandelas más comunes:
Arandelas planas
Por ejemplo, las arandelas planas son el tipo más común, ya que se usan principalmente para proteger el tornillo con el que se va a realizar la unión, este tipo de arandelas se pueden encontrar en distintas formas, diámetros y grosor, que dependerán de la superficie en la que se vaya a colocar.
Arandelas de presión
Este tipo de arandelas se utiliza para evitar que se pierda la fuerza de la fijación por vibraciones, gracias a su bloqueo antirrotación, manteniendo el tornillo o la tuerca bien apretados en todo momento. Las arandelas de presión más comunes no son completamente cerradas, y son de metal, para ofrecer mayor resistencia.
Arandelas dentadas
Las arandelas dentadas se llaman así por la forma de estrella que pueden tener en el centro o en el borde externo, lo que las hace muy apropiadas para permitir un mejor apriete, gracias a que aumenta la fricción en las superficies blandas.