La quinta parte de las mujeres embarazadas sufre algún trastorno de ansiedad o depresión durante el período de gestación y está comprobada la relación de los partos prematuros y el bajo peso de los recién nacidos con el estrés de las madres. Del mismo modo, se ha constatado que el nacimiento de un bebé prematuro o gravemente enfermo y su ingreso en una unidad de Neonatología puede entorpecer o alterar el inicio del vínculo paterno-filial y perjudicar al posterior desarrollo psicomotor y afectivo del niño.