El Club de Golf La Vereda retiene el trofeo en una jornada histórica que recupera, tras años de ausencia, el hermanamiento entre los dos clubes más veteranos de la provincia: la Serranía y la Manchuela.
El golf conquense vivió este domingo una de sus jornadas más emotivas con la recuperación de la Ryder La Vereda vs Cuesta Blanca, un torneo con solera que llevaba sin celebrarse desde antes de la pandemia y que volvió a reunir a las dos grandes instituciones del golf provincial.
El Campo de Golf de La Vereda fue el escenario elegido para este reencuentro, donde el equipo local logró defender su título y retener el trofeo frente al Club de Golf Cuesta Blanca de Motilla del Palancar, en un día marcado por la deportividad y un clima cambiante que puso a prueba la pericia de los jugadores.

Duelo bajo el frío serrano
La competición arrancó a las 9:00 horas con una mañana gélida, típica de la época en la Serranía conquense. Las bajas temperaturas iniciales condicionaron el juego, obligando a los golfistas a competir muy abrigados, lo que dificultó la fluidez del swing y la precisión en los primeros golpes a los greenes veredianos.
Sin embargo, la jornada dio un giro con la salida del sol a media mañana. El aumento de las temperaturas permitió a los jugadores desprenderse de las capas de abrigo —muchos acabaron en manga corta—, lo que se tradujo inmediatamente en una mejora del juego, con innumerables pares y birdies decorando las tarjetas finales.
Modalidades de juego: Estrategia y duelo directo
El torneo enfrentó a 19 jugadores por cada club, combinando dos de las modalidades más atractivas del golf de competición:
Individuales (Match Play): Un formato de duelo directo hoyo a hoyo, donde el punto se otorga al jugador que completa el hoyo con menos golpes.
Parejas (Fourball): Modalidad en la que cada integrante juega su propia bola, puntuando para el equipo el mejor resultado de los dos en cada hoyo.
Más que un trofeo: Un compromiso de futuro
Aunque el resultado deportivo favoreció a La Vereda, que se mantiene como poseedor del trofeo Ryder, el verdadero éxito de la jornada del 23 de noviembre fue el institucional. El evento concluyó con una comida de hermandad en la sede del club serrano, entrega de premios y, lo más importante, un acuerdo para el futuro.
Ambas directivas han cerrado el compromiso de reeditar el duelo en la primavera de 2026, esta vez en el campo de Motilla del Palancar, consolidando así el hermanamiento entre los clubes más antiguos de Cuenca.
Desde la organización se ha querido destacar especialmente la labor de Pepe Molina y Alejandro Moreno, cuyo trabajo desinteresado en sus respectivos clubes ha sido clave para que esta fiesta del golf provincial vuelva a ser una realidad.

