“Buenasbodas de la Jara, al verte se van mis penas. Lo mejor que hay en España, son tus mujeres jareñas. Buenasbodas de la Jara, pueblo de gran corazón, son tus gentes, labradoras del trabajo y tradición”
Así comienza la canción que fue compuesta en un San Blas para mi pueblo natal, donde he tenido la oportunidad de festejar la Tradición de la Matanza. Por la mañana migas y al mediodía un guiso de carne de cerdo en caldereta para alimentar a todos los que acudieron al evento con ganas de seguir disfrutando de todo aquello que nos une, la Música con el saxofonista Ricardo Cruz y nuestras Tradiciones, las que nos enriquecen y permiten que sigamos manteniendo vivos nuestros pueblos mientras avanzamos hacia el futuro.
Este Puente de la Constitución y la Inmaculada, lo comencé con el grupo de mujeres girasoles, dando luz a Cuenca la Bella, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, sentí el fuego de las luminarias de Fuentelespino de Haro que festejaba su nombramiento como Pueblo más Bonito de Cuenca en el Concurso de Castilla la Mancha Media, completé la experiencia con la presentación de la obra lideraría, El Canto del Grajo de Ana Isabel Fernandez, en un acto cultural en Ucles y el fervor popular en la procesión más larga de la cristiandad, la del Vítor de Horcajo de Santiago, festejo que hay que vivir con intensidad al menos una vez en la vida. He finalizado mis días de descanso en Buenasbodas, en la Comarca de la Jara toledana, donde he podido compartir momentos con los vecinos de toda la vida, y también con aquellas mujeres valiosas que trabajan en la hostelería y en los servicios tan necesarios como los bares y las tiendas de primera mano de pueblo. Desde Lucia, que atiende a los clientes con total dedicación en el Restaurante del Hostal el Labrador de Alcaudete de la Jara, hasta Mari, regente del Bar del Sierro de la Nava de Ricomalillo, que además es tienda y peluquería. ¿Se puede ser más emprendedora, creativa y diversificar de una forma más completa para dar servicio a un pueblo? Gracias a todas ellas y también a los cocineros que con una labor encomiable preparan las brasas y las viandas para estas celebraciones.
Me he traído el maletero con una cesta de la compra natural y productos tan ricos como carne de membrillo, huevos de corral, coles, aceitunas caseras, lomos de cerdo adobado con la receta tradicional de La Nava de Ricomalillo y dulces típicos de Fuentelespino de Haro, que han viajado conmigo hasta la vecina provincia de Toledo, casti en tierras extremeñas.
La riqueza gastronómica de las mujeres, las tradiciones y las celebraciones de las pequeñas comunidades de nuestros pueblos siguen dando vida a las zonas despobladas del pais. Disfrutemos de este tiempo que nos prepara para la Navidad y de todo lo nuestro! Que nunca se pierda.
Por Yolanda Martínez Urbina

