La Plataforma para la Defensa del Valle y Hoces del Mesa ha presentado un recurso de alzada contra el acuerdo adoptado el pasado 2 de octubre por la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio y Urbanismo (CPOTU) de Guadalajara, por el que se desestimaron todas las alegaciones presentadas y se concedió calificación urbanística favorable a la explotación avícola intensiva denominada “La Velasca”, promovida por Aviagen S.A.U. en la pedanía de Clares (Maranchón).

La Plataforma considera dicho acuerdo jurídicamente injustificado y ambientalmente inaceptable, al vulnerar principios legales esenciales del régimen de protección del territorio y del procedimiento de evaluación ambiental.
Un ‘uso compatible’ construido artificialmente
El recurso señala que la CPOTU ha incurrido en una grave distorsión al considerar que una granja avícola intensiva de carácter industrial —con naves industriales de gran escala, depósitos de combustible, consumo hídrico masivo, generación significativa de residuos y tráfico pesado— constituye un “uso ganadero tradicional” del suelo rural.
Esta equiparación resulta, a juicio de la Plataforma, inadmisible, contraria a la realidad material e incluso posiblemente fraudulenta, al forzar una categoría urbanística pensada para actividades de bajo impacto y vinculadas a la ganadería extensiva tradicional.
«Pretender que una explotación industrial con decenas de miles de aves se parezca en algo a la ganadería tradicional que ha modelado este territorio durante siglos es un insulto a la inteligencia y al sentido común. No es el mismo uso, no tiene el mismo impacto y no puede autorizarse bajo la misma etiqueta», declara la Plataforma.
Al tratarse de suelo rústico de reserva y especial protección, integrado además en la Red Natura 2000, la interpretación tiene que ser restrictiva y garantista, no expansiva ni complaciente con usos industriales que comprometen la conservación de los valores naturales protegidos.
Fraccionamiento del proyecto para eludir la evaluación ambiental
El recurso denuncia también que la explotación “La Velasca” forma parte de un macroproyecto de cinco granjas promovidas por la misma empresa en el mismo término municipal. Sin embargo, en contra de la normativa estatal y europea de evaluación ambiental, las instalaciones se han tramitado de forma independiente, lo que impide valorar los efectos acumulativos y sinérgicos sobre el territorio, el agua, las especies protegidas y la calidad de vida de la población.
La Plataforma sostiene que este fraccionamiento artificioso ha permitido rebajar la exigencia ambiental y evitar la obligatoria Evaluación de Impacto Ambiental Ordinaria, a pesar de que el impacto conjunto de las cinco instalaciones puede ser severo e irreversible.
«No se puede declarar que una instalación industrial es inocua cuando se han autorizado cinco al mismo tiempo en el mismo entorno protegido. El impacto debe evaluarse en conjunto, y eso no se ha hecho», denuncia la organización.
Defensa del territorio y del interés general
La Plataforma recuerda que el Valle del Mesa y las Parameras de Maranchón conforman un espacio natural protegido de enorme valor ecológico, reconocido a nivel europeo y esencial para especies como el buitre leonado, el águila real o el alimoche.
«No estamos ante un debate ideológico, sino ante una cuestión de legalidad y de coherencia ambiental. La legislación protege estos espacios porque contienen valores únicos que no pueden sacrificarse por un modelo de ganadería industrial de alto impacto», subraya la Plataforma.
La entidad reafirma su compromiso con la defensa del territorio, la transparencia administrativa y un modelo de desarrollo sostenible y compatible con la conservación de los recursos naturales y el bienestar de la población local.

