La Plataforma en Defensa de la Pesca pretende dar este sábado, en Mérida, un golpe sobre la mesa para que la sentencia que incluye a la trucha arco iris, la carpa y el cangrejo rojo como especies invasoras no llegue a publicarse y se modifique la ley 42/2007. Que en definitiva, como apunta a El Liberal de Castilla uno de los coordinadores de la Plataforma, Agustín Albiol, esta barbaridad no se lleve a cabo porque “se está jugando con el puesto de trabajo de miles de personas”.
Los pescadores, desde luego, tienen claro que la sentencia parte de unos informes medioambientales sesgados que meten en el mismo saco al jazmín de agua que tanto daño está haciendo, por ejemplo, en el Guadiana, y a especies como la carpa, la trucha o el cangrejo. “La carpa lleva 2.000 años habitando nuestros ríos”, se explica Albiol añadiendo que esta especie, al igual que la trucha arco iris, poco tiene ya de invasora. Se pregunta, además y en el caso de que la sentencia llegue a ejecutarse, cómo van a erradicar de los ríos carpas, Black-bass o lucios. “Jugamos a ser dioses en un mundo de humanos”, enfatiza recalcando que están en juego miles de empleos y muchísimo dinero.
Desde luego las cifras marean: cerca de 1.500.000 licencias de pesca que generan, directa e indirectamente, unos 3.000 millones de euros al año en España.
Este acto reivindicativo, que aprovecha la celebración del XLVIII Campeonato de España de Agua Dulce, llega después de que miembros de la Plataforma se hayan reunido con representantes políticos (en Cuenca se han reunido con el presidente de la Diputación, Benjamín Prieto, y tanto PP como PSOE se han mostrado favorables a su causa) y hayan conseguido que varios ayuntamientos aprueben mociones a su favor. Precisamente, este hecho se toma desde la Plataforma con simpatía al señalar que la sentencia ha conseguido lo que nadie hasta ahora había logrado: que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo.
La Plataforma en Defensa de la Pesca se está movilizando y coordinando a través de Facebook (con poner el nombre basta). El del sábado es sólo un acto reivindicativo en el que darán salida a la rabia que les produce esta situación pero todo apunta que pronto habrá más.