Desde el crecimiento en el número de jugadores que ha experimentado el sector de las apuestas y de los juegos de azar por la crisis sanitaria, muchos españoles se han planteado la posibilidad de hacer de estas actividades una fuente de ingresos con la que poder mantener su nivel de vida actual. Pero, ¿acaso es esto posible? ¿Podemos garantizar comida en nuestra mesa únicamente a base de hacer apuestas deportivas? A lo largo de esta entrada analizaremos en profundidad las características de este sector, explicándote también por qué conisderamos que el juego deportivo no debería ser tu principal fuente de ingresos.
El juego deportivo es muy difícil de rentabilizar
Según datos recogidos por la Dirección General de Ordenación del Juego, alrededor del 90% de jugadores que participan en apuestas deportivas, tanto ocasionales como habituales, muestran un balance negativo en sus registros anuales. Pese a lo que algunos quieran creer, lo cierto es que el mundo del juego deportivo conforma un sector en el que el principal ganador es la casa de apuestas.
A este factor tan importante a la hora de considerar la viabilidad de esta actividad como fuente de ingresos hemos de sumarle las elevadas y volátiles cuotas que las diferentes casas de apuestas del mercado imponen. Dichos movimientos en las cifras se deben, principalmente, a las entradas de dinero por una u otra opción de los partidos que se jueguen, siendo así los propios jugadores los que acaban configurando las cuotas. En otras palabras: en base a la información, los presentimientos y conocimientos de los jugadores, las casas de apuestas modficiarán las cuotas para maximizar el beneficio que pueden extraer de ellas.
Entonces, ¿las apuestas deportivas pueden funcionar como fuente de ingresos?
Pese a lo que hemos explicado previamente, lo cierto es que pueden conseguirse ciertos ingresos de las apuestas deportivas. Sin embargo, existen una serie de matices que deben de tenerse en cuenta a la hora de considerar esta pregunta y que, finalmente, hacen bastante complicada esta posibilidad.
En primer lugar, has de saber que estas apuestas no pueden hacerse sin pensar ni haciendo de la suerte y el azar tu «intuición». Si decides hacer esto, lo más probable es que acabes perdiendo más dinero del que ganas, complicando no solo el recuperar la cantidad apostada, sino también el poder mantener una situación económica estable sin deudas.
Así, se necesita de mucha práctica y experiencia en el mundo de las apuestas deportivas para conseguir ganarte la vida con ellas, al exigir esta actividad de conocer tanto las probabilidades de ganar como la cantidad que se debe apostar en cada momento. Uno de los errores que suelen cometerse a la hora de gestionar estas apuestas se trata de la impulsividad, emoción muy fuerte que puede causar que perdamos la cabeza y, por ende, el dinero que hemos invertido. Para llevar lo mejor posible estos impulses, debes analizar fríamente las posibilidades de victoria de cada bando y, tras conocer las posibilidades que tienes, decidir si merece la pena apostar o no.